Feria

Divinas meriendas

  • Los aficionados degustan desde ayer los mejores ibéricos en palcos y tendidos del Coso de Vilches

DIVINAS meriendas y extraordinarias tardes de toros son las que desde ayer disfrutan los aficionados en el Coso de la Avenida Vilches con el inicio del abono de Feria. Suculentos manjares que cada año se superan, como los carteles, y que preparan con cariño y esmero en la prestigiosa carnicería Divina Pastora de Almería, en la Rambla Federico García Lorca, 25. Con una tradición de 20 años, el gerente del establecimiento Miguel Gil Iglesias, asegura que son muchos años los que llevan preparando suculentos aperitivos para el deleite de los aficionados taurinos, sobre todo para clientes habituales, pero también para peñas y palcos, que suelen encargar tablas de ibéricos y quesos, o incluso jamones enteros partidos a mano, como es el caso de un jamón ibérico de bellota que ayer ultimaba para entregar a una señora que todos los años realiza el mismo encargo.

Meriendas individuales, para dos personas o para grupos más numerosos, se preparaban desde primera hora de la mañana en la trastienda de la carnicería. El olor del buen ibérico, de la mojama o del salmón ahumado perfuman el establecimiento y hacen la boca agua a quienes se acercan por allí para realizar sus compras. Y es que como indicó el gerente de Divina Pastora a Diario de Almería, "hay una amplia y variada carta de propuestas para estas tardes de toros, por lo que no hay por qué repetir día tras día con el mismo aperitivo, hay variedad".

En Divina Pastora se pueden encargar meriendas para las tardes de toros desde doce euros y hasta lo que uno quiera gastarse, siempre con productos de la mejor calidad, y con una nevera de regalo, cortesía de la empresa.

Una de las peculiaridades que da personalidad a las corridas de toros de Almería es precisamente la costumbre de la merienda, para la cual se hace un descanso de media hora tras el arrastre del tercer toro y la salida del corral del cuarto. Es entonces cuando los tendidos y palcos sacan las nevera para degustar las suculentas medias noches, empanadillas y bizcochos. A muchos ni siquiera les da tiempo de probar tanta exquisitez, entre almendras fritas saladas, aceitunas e incluso gambas cocidas, acompañadas de buenos vinos olorosos, manzanillas, riberas o riojas, por no hablar de la bota que va y viene de mano en mano, o incluso el Dom Perignon para acompañar a los pastelillos y dulces del postre.

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