Feria

¡Joder, nos faltó toro para el lío!

feria de la virgen del mar Ganadería: Se lidiaron seis toros de Benjumea, de buena presencia en líneas generales, nobles y escasos de fuerzas. El sexto concretó la mejor pelea en el caballo. El quinto fue el más desrazado. ACTUANTES: Ruiz Manuel: saludos tras petición; saludos y palmas en el quinto. Torres Jerez: oreja; dos orejas y palmas tras leve petición en el que cerró plaza. INCIDENCIAS: Plaza de toros de Almería. Primera de abono con entrada cercana a un tercio de plaza. Hizo el paseíllo como sobresaliente el diestro David Saleri. Saludaron en banderillas en el sexto Antonio Olivencia y Joselito Rus. Torres Jerez, salió a hombros.

SON las diez de la noche y les juro que tengo delante de mí al sobrero del festejo en forma de crónica. Mirona y con las puntas de los pitones apuntando directamente al pecho. Y es que no quiero equivocarme cuando le ponga la muleta por delante a una tarde en la que un torero se fue, con tres orejas y todos sus méritos, por la Puerta Grande, y otro, también con los suyos, por la del patio de cuadrillas camino de casa.

La tarde había tenido detalles hasta el tercero. No para tirar cohetes, pero se dejaba acariciar por la voluntad de los toreros. Mucho más que por la bondad de los toros, cogidos en su justeza de fuerzas y mediatizando las intenciones del toreo de ambos.

El triunfo de Torres Jerez lo fundamentan tres orejas, y lo explica una actuación, aguerrida por momentos, con clase en otros, que a la postre juntó voluntades y pañuelos frente a la presidencia. Tampoco le regateó nada el torero a la hora de echarle decisión. En la tramoya del espectáculo faltaba la emoción y Torres Jerez entendió la puesta en escena a la perfección. Lo que no puso la corrida lo puso el. Ya fuese rodilla en tierra para enjaretar el más vibrante comienzo de faena en ese cuarto, como en el broche del mismo cuando después de tres fenomenales muletazos se encontró con los pitones puestos en la hombrera. Emoción. El pan a falta de la tortas, pero al fin y al cabo legitimado por momentos de buen toreo y muchísima entrega porque en ese cuarto sí hubo muletazos con el estaquillador bajo y componiendo el toreo. Aquello rugió de otra forma, sobre todo cuando se apretó en el remate de pecho.

En ese triunfo se añaden las mismas sensaciones frente a su primero, un bondadoso Benjumea, al que propinó un quite con mucha torería y temple y definió con buen trazo su toreo al natural, aunque la sensación de endeblez del toro se llevó por delante otros méritos.

El sexto, le dejó poco y le exigió mucho. Después, ni rompió el toro hacia adelante ni la faena se encajó con limpieza. Fue el más bravo de la corrida y de más pujanza en el caballo, en el que empujó con más convicción y clase. Tenía gallardía y estampa de bravo, aunque no llegó a rematarse. Frente a el saludaron con los palos Olivencia y Joselito Rus. Son ellos la parte visible de una tarde donde hubo algún que otro par notable.

La tarde de Ruiz Manuel no tiene orejas, pero deja detalles de un torero que encontró caminos y momentos para expresarse con brillantez. Los más intensos llegaron en el tercero, otro toro medido de fuerza al que le falto recorrido por la izquierda pero que aceptó el buen trazo del toreo de Ruiz Manuel cuando este tiró por bajo y al de Benjumea le arrastró su buena clase y raza para probar un toreo muy puro, con hondura y ligado. Hasta donde duró, fue bonito. Quedan en su haber los detalles frente al que abrió plaza, embarcando con buen son en el capote la nobleza del primero que después prolongó, vistoso y torero en ese galleo para poner en suerte al burel. En esa tesitura, la faena tuvo lo que solo podía tener: saborcito a torería en trazos sueltos porque no había fondo de toro.

El quinto fue un buey con el que Curro Vivas estuvo con clase y eficacia. Sin clase ni gracia por el izquierdo, lo que se dejó hacer fue por todo el derecho, y poco.

Aunque a esas alturas el torero no estaba para milongas y menos con un bicho que lo único que pidió fue irse a otra cosa menos aguerrida que embestir. ¡Pa qué contrariarlo!

La cuestión que queda por resolver en este final de tanto donde estaba ayer el público de esta plaza para ver a sus toreros. Puede incomodar la cuestión pero la realidad es que al final la voluntad se ha quedado más de boquilla y en la grandilocuencia de titulares de prensa, incluído el de un servidor, preciosos.

Lo que viene ahora ya lo saben. Puerta Grande para Torres Jerez, la primera del abono, una tarde a la que le faltó el gran triunfo de una rotunda entrada de público y la ausencia de toros con fuerza y brío para haberles exigido a los toreros que pasaran de la belleza al poderío de la lidia. Se queda apuntado para otro día.

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