Feria

Magia con grandes cargas de humor en una noche de ilusión y entusiasmo

  • El Anfiteatro de la Rambla fue escenario el pasado viernes de un espectáculo en el que los trucos de cuatro artistas se encargaron de ayudar, por unos momento, a olvidar los problemas de los presentes

La imaginación puede ser capaz de transportarnos allá donde queramos, de hacer realidad sueños e ideas que si no fuera por ella, pasarían rápido por nuestras vidas sin que les prestáramos atención.

La magia es una de esas cosas que necesita de la imaginación para conseguir trasladar a las personas a una esfera en la que no se sabe lo que real o no y en la la ilusión juega un papel muy importante.

Cuatro magos se ocuparon la noche del pasado viernes de trasladar a los espectadores del Anfiteatro de La Rambla a un viaje en el que todos pudieron, en palabras de Amelie, una de las magas, "jugar como cuando éramos niños, intentar descubrir el significado de la magia, o creer que la nieve puede llegar a nacer de unas pompas de jabón".

Alberto de Figueredo fue el director de orquesta, con una presentación de la gala cargada de humor se encargó de dar paso a cada uno de sus compañeros y entre tanto sacó tiempo para tratar de explicar a todos los asistentes cómo se hace un truco de magia, algo que no hizo más que dejar todavía mas dudas y sorpresas entre todos.

La siguiente en pisar el escenario fue Amelie, que con cuerdas, flores, chisteras, pañuelos y aros supo entusiasmar al público con una actuación cargada de elegancia y estilo.

Le siguió Raúl Laguna, que con varitas rotas, pañuelos, cartas y una guillotina de manos convirtió en protagonistas de la actuación al pequeño Nando, Mª Ángeles y Mª Carmen, tres personas del público, que el azar les convirtió en "víctimas" de las bromas de este gracioso mago.

A Laguna se unió de nuevo Figueredo y juntos se ocuparon de llevar a cabo un truco de mentalismo, más bien cargado de humor e ingenio que de magia, con la ayuda de Raúl, un niño de ocho años, del colegio Indalo y de Mª Carmen, a la que Figueredo aseguró que "si sale bien el truco nos sacan a hombros".

Y así fue, pero nadie se lanzó a cogerlos. Tras esta actuación , el prestidigitador granadino Luis Manuel, que impresionó a todo el mundo con la rapidez y agilidad de sus manos. Él se encargó de convertir, también, a la pequeña Ángela en una auténtica aprendiz de maga, que no dejó en un momento de sonreír dejar claro que tiene futuro en la magia.

Una noche bonita y entretenida la que cerró la noche del viernes de feria, con la que, a base de grandes cargas de humor e ilusión, los asistentes pudieron olvidar por un momento sus problemas y preocupaciones, algo que, según sus protagonistas, "es de lo que se trata".

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