Finanzas

Las plantas medicinales sortean la normativa por el 'boca a boca'

  • Hace un año se cumplió el periodo de adaptación de la Directiva europea que veta la venta de estos productos como 'medicamentos' · Las etiquetas ya no son explicativas

Cuando se cumple un año del fin del periodo de adaptación de la Directiva 2004/24/CE sobre Plantas Medicinales las herboristerías lucen una serie de cambios importantes. Las cajas y botes que contienen las plantas naturales, más conocidas como medicinales, están desprovistas de información. Solo su contenido, composición y peso ilustran el packaging. Ya no se habla de las bondades y efectos beneficiosos que producen. Está expresamente prohibido a nivel legal. La presión de las farmacéuticas intenta poner freno al boom de ventas que ha sufrido estos productos en los últimos años.

La propietaria de la ecotienda Bio Amapola, Ana Gázquez, sostiene una bolsa de espino blanco en sus manos. Allí donde ahora hay un hueco antes se explicaba que esta planta contribuye a la regulación de la presión arterial. Azahar, tilo, valeriana, anís, cola de caballo... son nombres habituales en este tipo de negocios. Muchos se utilizan en la industria farmacéutica para elaborar los compuestos que dan lugar a las pastillas que se venden en farmacias. Otros, como la Stevia rebaudiana, ayudan a regular los niveles de glucosa en sangre en casos de diabetes.

"Esto es lo que no le gusta a las farmacéuticas", explica Ana. "Hay gente que prefiere tratarse con este tipo de plantas y cree en la sabiduría que ha funcionado durante miles de años en muchos países, y ellos (en referencia a la industria farmacéutica) no quieren, porque sintetizan la insulina para venderla, no les interesa que por otro lado haya soluciones alternativas".

Para comercializarse como soluciones medicinales, las hierbas deberían realizar los mismos trámites burocráticos y obtener los registros de sus 'primas' de la industria, algo imposible por los elevados costes que conlleva frente a sus bajos precios de venta. La comercialización de algunas plantas se prohibió directamente en cualquiera de sus formas, ejemplos de ello son "el compuesto que llevaba acebo o la cáscara sagrada". El resto se puede seguir vendiendo sin mencionar que se trate de productos beneficiosos a nivel médico. Otra de las modificaciones que impone la normativa vigente es la reducción en las dosis de algunos productos. "De esta forma en lugar de tomar un comprimido hay que tomar dos, y se necesita comprar el doble de cajas. Quieren que nos veamos obligados a aumentar el precio para que no haya tantas ventas".

La propietaria de Herboristería de Lorien dice no haber notado un descenso a nivel comercial a pesar de la puesta en marcha de la Directiva y de los cambios. "Éste es un sector que va creciendo despacio, pero no baja". En su caso, desde que abriera la tienda hace casi una década, "no he visto que haya cambiado mucho la información de los productos. En las cajas nunca se ha puesto demasiada información y justo por eso se quejan los clientes. Quieren saber más". El procedimiento habitual en estos establecimientos es aconsejar al consumidor y explicarle para qué sirve cada hierba en concreto, indicándole asimismo la cantidad que debe tomar. Desde la industria farmacéutica critican el peligro de esta práctica, pero Gázquez asegura que "solo entrañarían peligro si se consumieran en exceso, al igual que las medicinas tradicionales".

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