El afán recaudador sobrepasa límites. La Agencia Tributaria vuelve a la gresca con el sector pesquero, que a fuerza de pulmón sobrevive acatando todas las directrices de la Unión Europea y nacionales, cada vez más restrictivas, siendo consciente de la necesidad de estar comprometido con la sostenibilidad y, manteniendo viva una actividad económica que da de comer a un número importante de familias sólo en la capital almeriense. El hecho se remonta a 2010, si bien tiene precedente en el ejercicio anterior.

En 2009 la Agencia Tributaria reclamaba a la Federación Almeriense de Asociaciones Pesqueras 58.000 euros en concepto de impuesto sobre el valor añadido (IVA). Este IVA tendría su origen en la tasa a la pesca fresca por el acceso marítimo al puerto de los buques pesqueros en actividad y su atraque o fondeo, incluyendo las prestaciones que las obras e infraestructuras les proporcionan, así como por el uso de las instalaciones y de los servicios generales del puerto por los productos de la pesca; también grava el acceso terrestre de la pesca al puerto. Sin embargo, tal y como explica la autoridad del puerto de la capital en base al organismo Público Puertos del Estado y de conformidad con lo dispuesto en la Ley 37/1992 del IVA, la autoridad emite exentas del impuesto las liquidaciones que practica en concepto de tasa a la pesca fresca. Tras una serie de alegaciones, la federación abonó 3.800 euros, cantidad requerida por Hacienda para liquidar este procedimiento, aunque fue recurrida.

Con motivo de este requerimiento, la federación se reunió con el subdelegado del Gobierno en Almería, quien se comprometió a estudiar el caso sin dar frutos puesto que sin solventarse en dicha ocasión volvió a suceder en 2010, de forma aún más alarmante. En esta ocasión, y por el mismo motivo, la Agencia Tributaria inicia otro procedimiento en el que reclama a la federación 36.103 euros. El papel que juega la Federación Almeriense de Asociaciones Pesqueras, concesionaria de la lonja de Almería, es el de simple recaudador de esta tasa que graba al comprador en su factura de compra de pescado, y que, como se indica en el documento de autorización de actividad comercial de explotación de la lonja, es del 3% sin más, tal es así, que en las facturas se refleja como exento de pago el IVA.

José María Gallart, secretario del Consejo de Administración de la federación, señala que al serles reclamados los 36.103 euro llevan a Inspección toda la documentación de la que disponen y donde se manifiesta la exención del IVA; a pesar de ello, la propuesta de resolución llega. Si bien, posteriormente reciben la declaración de caducidad de este procedimiento.

Su sorpresa es mayor cuando en octubre de 2013 reciben un acuerdo de resolución con el inicio del procedimiento reclamando el IVA de 2010, pero con una variación: ahora la cantidad ha descendido a unos 20.000 euros. Tras presentar de nuevo alegaciones, registradas con fecha del 5 de noviembre de 2013, el 12 de diciembre de ese año la federación recibe otra notificación señalando que no se han presentado alegaciones, lo que conlleva a otro escrito para demostrar la presentación de las mismas. A fecha del 31 de enero del presente ejercicio otra resolución certifica el reclamo de la 'deuda'.

Para intentar zanjar esta situación, y ante la incertidumbre sobre lo que sucederá con los ejercicios 2011, 2012 y 2013, representantes de la federación se volverán a reunir con el subdelegado del Gobierno Andrés García Lorca, máximo representante del Ejecutivo nacional en Almería, que, a juicio de Gallart, poco ha hecho para solventar lo que consideran un abuso de Hacienda'.

Además esta situación, acarrea varias consecuencias negativas. La federación ha tenido que abonar 12.000 euros, correspondientes a esos 20.000 euros para no aparecer como deudores, ya que si la cantidad de deuda es inferior a los 18.000 euros no se reflejan como tales; 12.000 y no 2.000 por intereses y otros conceptos. El hecho es que la federación está pendiente de una subvención para la modernización de la lonja y de la renovación de su concesión. Como 'morosos', sin comerlo ni beberlo, no pueden ni una cosa ni la otra.