De origen estadounidense, la compañía Agroccentum acelera en su proyecto de expansión internacional. En España, donde ya cuenta con delegaciones en varias zonas del territorio y sede en Madrid, ha dirigido buena parte de su mirada hacia el sur, pues es en Andalucía y, concretamente, en Almería, donde esta empresa especializada en tecnología agrobiológica, desarrollo de bacterias para tratamiento de riego agrícola, macrocultivos agroenergéticos y estaciones de aclimatación de cultivos, donde quiere hacer un mayor énfasis.

Así lo llevan demostrando desde hace meses y así lo pusieron de relieve en la última edición de Fruit Attraction, celebrada en la capital española del 15 al 17 de octubre pasados, en la que sus responsables, capitaneados por Ángel Guillén, responsable de Desarrollo Corporativo Internacional, aprovecharon para reunirse con numerosos empresarios del sector hortofrutícola almeriense, así como técnicos de campo de cooperativas y alhóndigas, presentes en este certamen.

"Nuestros tratamientos suponen un importante ahorro económico para el agricultor y un beneficio para el suelo", indica Ángel Guillén. Cuando la bacteria que aplica Agroccentum entra en contacto con el agua en la balsa de riego modifica elementos tóxicos como los fosfatos, entre otros, y "los convierte en fertilizantes biológicos", asegura Guillén.

Al echarlo en la balsa de riego, el agua adquiere "mayor vivacidad, ofreciendo más fuerza y vigor a las plantas", lo que motiva un "mayor rendimiento, pues anticipa el crecimiento y la planta adelanta su producción entre uno y dos meses después del primer tratamiento, además de alargar los ciclos de producción, pues hace que la planta aguante más". No se trata de algo nuevo, pues Agroccentum señala que llevan usando este sistema de bacterias desde hace más de 30 años con un gran resultado, lo que ocurre que hasta ahora no se habían probado en Almería, algo que ya está sucediendo, lo que está reduciendo el uso de fertilización sintética, afirma Guillén.

Agroccentum lleva en España 9 meses y en Almería ya realiza tratamiento a seis balsas de riego que repercuten sobre 16 hectáreas de invernaderos; en Murcia tres cuerpos de agua sobre 11 hectáreas en cultivo abierto; en Navarra tres tomas de río para 19 hectáreas e incorporando clientes. "Aun así seguimos padeciendo la tradicional incredulidad del agricultor español, claro que el boca a boca entre ellos sobre los resultados de no tener que usar fertilizantes sintético-minerales para sacar adelante sus cultivos, eso si lo creen, y lleva a esta empresa adelante sin prisas pero sin pausas", asegura.