El coste de las semillas ha aumentado un 2,1 % durante la campaña 2013-2014, manteniendo su habitual tendencia creciente en la estructura de costes, según recoge el informe de Cajamar. El incremento en el precio de este insumo radica en el dinamismo de este sector, que basa su actividad en la inversión en I+D+i para la mejora continua del material vegetal, con objeto de satisfacer demandas de productores y consumidores.

En la actualidad, una parte importante de los requerimientos están relacionados con alcanzar elevados niveles de resistencia a enfermedades, debido a la cada vez mayor restricción en el uso de materias activas en el control fitosanitario. Asimismo, las cadenas de distribución en ocasiones limitan aún más que la propia legislación el empleo de estos productos con el argumento de acercarse a las demandas del consumidor.

Por otra parte, también han de satisfacer las necesidades de los productores, así como de transporte, con objeto de que las frutas y hortalizas lleguen a su destino sin que su calidad se vea mermada. Todo ello sin perder de vista las cualidades organolépticas del fruto, que es un factor cada vez más valorado en la decisión de compra. Además, el material vegetal ha de innovar para adaptarse a las nuevas realidades sociales, proporcionando formatos más atractivos y cercanos a los cambios que tienen lugar en el consumo.

En cuanto a la evolución de los trabajadores afiliados al Régimen Especial Agrario de la Seguridad Social, se han producido escasas modificaciones con respecto a periodos anteriores en cuanto a la distribución de los trabajadores extranjeros según nacionalidades. Marroquíes y rumanos continúan siendo los más numerosos, con el 65,8 % del total, aunque estos últimos han vuelto a disminuir por cuarto año consecutivo, cuantificándose su descenso en un 14,5%.