Almería ya cultiva 19.000 hectáreas bajo plástico mediante técnicas de producción integrada y control biológico, y mantiene la vista puesta en un horizonte no muy lejano para alcanzar el 100% de las 28.000 hectáreas de superficie, lo que se traduce en una reducción drástica del uso de productos fitosanitarios y una mayor seguridad alimentaria.

Sin embargo, la vecina Comunidad Valenciana, ha puesto en marcha una iniciativa con el objetivo de arrebatar a Almería la posición predominante que posee en la actualidad en este ámbito. Se trata del 'Proyecto Cero', que pretende eliminar todo tipo de residuos procedentes de los agroquímicos, mediante el cultivo de frutas y hortalizas, únicamente, mediante la lucha biológica.

El desafío es enorme, pues pretenden instaurarlo progresivamente a lo largo de los próximos meses, empezando por algunos productos, para terminar con una cesta de hasta 27 artículos.

La iniciativa se está desarrollando gracias a la labor del Instituto Valenciano de Investigación Agraria, cuyo director, Florentino Juste, destaca que la mayoría de las grandes cadenas de distribución ya están exigiendo este cambio, que entraña un esfuerzo adicional para los agricultores valencianos, al tener que sustituir agentes químicos por trampas biológicas.

Los tres primeros alimentos que llegarán a la cesta de la compra libres de estas sustancias, que cada vez cuentan con una menor tolerancia por parte de las directivas europeas, son la granada de Elche, el níspero de Callosa d'En Sarrià, los higos y la brevas.

Después, seguirá la adaptación para cítricos, considerados los más difíciles de tratar mediante control biológico, el melocotón y la nectarina, el albaricoque, cereza, ciruela, manzana, la almendra, la nuez, el caqui, el aguacate, la uva de mesa y de vinificación, la aceituna, un grupo de hortalizas, un grupo de plantas aromáticas y el laurel.

El peligro posterior radica en la reaparición de plagas y virus que se pensaba erradicados hace años, ante la falta de uso de químicos.