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Decenas de miles de sirios se agolpan en la frontera con Turquía sin ayuda

  • El país mantiene cerrados los accesos, mientras la UE le advierte que tiene el deber "moral y legal" de acoger a los refugiados

Decenas de miles de sirios se agolpan en la frontera con Turquía tras huir de la violencia en la provincia siria de Alepo y sin acceso a ayuda humanitaria, a la espera de entrar en el país vecino que mantiene el cruce de Bab al Salama cerrado.

"Algunos llevan desde hace días allí en condiciones precarias, no ha entrado ningún tipo de ayuda y en ningún momento Turquía ha abierto la frontera, hasta ahora sus responsables han hablado mucho pero no han actuado", denunció ayer el director del Observatorio Sirio de Derechos Humanos, Rami Abderrahmán.

Estas declaraciones contradicen lo afirmado ayer por el ministro turco de Asuntos Exteriores, Mevlut Cavusoglu, quien aseguró desde Amsterdam que su país mantiene su política de "fronteras abiertas para estas personas que huyen de la agresión del régimen (de Bashar al Asad) así como de los ataques aéreos de Rusia". El responsable precisó que Turquía ha recibido a 5.000 desplazados y que "otros 50.000 ó 55.000 están de camino".

Según datos de la ONU, unas 20.000 personas se concentran en el paso de Bab al Salama después de escapar por las operaciones militares en el norte de Alepo.

Los ministros de Exteriores de la Unión Europea recordaron ayer a Turquía que tiene el deber "moral y legal" de acoger a los refugiados sirios que huyen de Alepo y se concentran en su frontera, y que la ayuda financiera que la UE le concederá va dirigida precisamente a que tenga los medios para ello.

Sin embargo, los pasos turcos se concretaron ayer en el anuncio de un campamento en el lado sirio de la frontera que podrá acoger a unas 30.000 personas, según informó Süleyman Tapsiz, gobernador de la provincia de Kilis. En dicha provincia se encuentra el paso fronterizo de Oncüpinar, principal comunicación entre la región de Alepo y Turquía. Tapsiz subrayó que, de momento, las autoridades turcas les envían comida y ayuda humanitaria y crearán el mencionado campamento a unos 1,5-2 kilómetros de la frontera.

Los ministros concluyeron ayer una reunión de dos días con un extenso debate sobre la crisis migratoria y de refugiados al que invitaron a sus homólogos de Turquía y de los países de los Balcanes, por donde transita gran cantidad de los demandantes de asilo que intentan llegar a Europa.

"Hay un deber moral y legal de proteger a los que necesitan protección internacional, demandantes de asilo. Es incuestionable que la gente que viene de Siria son sirios que necesitan protección internacional", enfatizó la alta representante de la UE para la Política Exterior, Federica Mogherini.

"El apoyo que la UE está proporcionando a Turquía, entre otros países, está dirigido exactamente a garantizar que tenga los medios, instrumentos y recursos para proteger y albergar a personas que buscan asilo", puntualizó en referencia a los 3.000 millones de euros que Bruselas desembolsará a Ankara para que atienda y contenga a los refugiados en su territorio.

En la reunión también se abordó la gestión de los refugiados de Grecia, acusada por el ministro Húngaro, Péter Szijjarto, de "no estar preparada o no ser capaz" de proteger las fronteras de la UE. El ministro griego Nikolaos Kotzias dijo que su país hace "más que suficiente" con los medios de que dispone.

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