Elecciones Andalucía

El PP buscará pactos imposibles para conservar su poder territorial

  • Gana sin mayoría absoluta en nueve CCAA y pierde en Asturias, Extremadura y Canarias. Cospedal salva los muebles en Castilla-La Mancha y Fabra triunfa en balde en Valencia.

EL bipartidismo ha pasado definitivamente a mejor vida. El PP puso muy alto, por las nubes, el listón de su hegemonía territorial en mayo de 2011, en plena agonía del Gobierno socialista, pero el poderío se hizo ayer añicos con el golpe al tablero electoral de Podemos y Ciudadanos de la mano de la movilización del voto juvenil. Sí, el PP volvió a ganar en nueve de las 13 comunidades (salvo Asturias, Extremadura, Canarias y Navarra), pero el triunfo puede quedarse en papel mojado y virar a la izquierda.    

"Nuestra gran tarea será alcanzar acuerdos", admitía anoche el vicesecretario de Organización, Carlos Floriano. Sabe que la palabra que más se va a escuchar y ante la que se va a tener que plegar tiene cinco letras. Pacto. Y dos sintonías fundamentales, Ciudadanos y Podemos, que irrumpen en casi todos los parlamentos autonómicos.

El PSOE apenas ha sacado tajada del desgaste del Gobierno de Mariano Rajoy y sólo fue el más votado en Asturias y Extremadura. En Canarias, Paulino Rivero (Coalición Canaria) completó el trío de lunares en la agridulce victoria del PP.  

El bipartidismo ha sido desterrado con estrépito en Castila-La Mancha, donde PP y PSOE se venían repartiendo los escaños desde que IU lo perdiera en 1999. La reválida de María Dolores Cospedal, a la sazón secretaria general del PP, se quedó a medias. Ganó por la mínima a Emiliano García-Page, pero un pacto de éste con Podemos arruinará su triunfo.    

En Madrid, otra joya de la corona popular en franco peligro, Cristina Cifuentes ya dejó patente desde el minuto uno su malestar por su tardía designación como cabeza de lista de los populares. "Mi nombramiento se hizo tarde". La ex delegada del Gobierno tuvo que esperar hasta el 6 de marzo. Además de lidiar con la escasa premura de Génova, también apechugó con las facturas de la privatización fallida de la sanidad, la trama de espionaje a altos cargos y... la corrupción. La ex presidenta Esperanza Aguirre presumía de no haber levado ningún imputado de Gürtel en sus listas de 2011, pero la sombra de la trama dirigida por Francisco Correa ha nublado los cielos azul pepero de Madrid y Valencia. El líder del PSOE, Pedro Sánchez, se la jugó al echar al secretario general del PSM, Tomás Gómez,  a cien días  de la gran cita de ayer, pero los buenos oficios de su relevo, el ex ministro Ángel Gabilondo no han sido suficientes, ya que una alianza con Podemos se quedaría a un escaño de la más natural: Ciudadanos-PP.   

Mariano Rajoy y Alberto Fabra, candidato a la reelección en Valencia, dieron un golpe de efecto el pasado jueves abarrotando la plaza de toros. Fabra se revolvía en su asiento mientras la sobrada alcaldesa, Rita Barberá, arremetía contra el "batiburrillo" de los partidos emergentes, obviando que su correligionario va a necesitarlos. El PP ha perdido la mayoría absoluta y el ascenso de Compromís complica mucho su pervivencia en el poder. Las cuentas no le salen a Fabra (que ha perdido 24 diputados) ni con respaldo de Ciudadanos.    

   

El socialista Javier Fernández tenía el dudoso honor de ser el único barón socialista. El Foro Asturias de Francisco Álvarez- Cascos ganó las elecciones hace cuatro años, pero su incapacidad para pactar con otras fuerzas llevó a a la prórroga de los Presupuestos. El ex vicepresidente del Gobierno de José María Aznar, que había abandonado el PP en enero de 2011 por desavenencias con Génova, se vio abocado a convocar de nuevo elecciones en marzo de 2012, las que dieron a los socialistas su único fortín autonómico al margen del andaluz.  Lo conservarán.

Extremadura, otro feudo histórico del PSOE que cayó en manos del PP hace cuatro años, cerró ayer el paréntesis. José Antonio Monago se valió en 2011 de la abstención de los tres diputados de IU para lograr la investidura. Una querella por malversación de caudales públicos a cuenta de sus 32 viajes a Canarias -en business-  cuando era senador (entre 2009 y 2010) fue archivada por el Tribunal Supremo. Pero Guillermo Fernández Vara volverá al sillón de la Junta.

El PP pierde también la mayoría absoluta en Castilla y León. Juan Vicente Herrera, que preside la Junta desde 2001, anunció en el cierre de esa campaña que si volvía a ganar no optaría a la reelección. Pero no. "Por deber y responsabilidad". Y arrasó, pero menos.

Las nuevas cámaras regionales deberán conformarse en dos o tres meses y si ningún candidato obtiene la mayoría simple, habría que volver a las urnas salvo en Castilla-La Mancha, donde a falta de pacto gobernará el más votado.

En todo caso, todos estaremos convocados en breve de nuevo en unos meses, en las elecciones generales. Y hay dos candidatos que ayer recargaron bien las pilas. El líder de Podemos, Pablo Iglesias, que aseguraba anoche que "la primavera del cambio es irreversible". Y el de Ciudadanos, Albert Rivera. "Hay partido, hay proyecto para España y esto no ha ha hecho más que empezar".

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