Caridad

El traslado de Cristo al sepulcro

  • Sobriedad y austeridad destacaron en una cofradía que ha hecho más solemne este día

Desde la parroquia de San Agustín realizó de nuevo en la tarde del Viernes Santo su salida penitencial la cofradía de la Caridad, unos de los misterios mas bellos de nuestra ciudad por su realismo y su crudeza, procesión santa en la que Jesucristo es llevado al sepulcro, día de luto, de tristeza absoluto, de austeridad máxima. De tal manera es, que los nazarenos de esta cofradía se enfundan en túnicas de cola de color negro al igual que el antifaz y las sandalias franciscanas que calzan, rodeando su cuerpo con un cinturón de esparto.

Al abrirse las puertas del templo el alboroto previo a la salida de la cofradía se transformó en silencio ante la atenta mirada de los presentes. Ya se acerca el final de la Semana Santa, todos querían acompañar al Señor en su traslado, contemplar la imagen sin vida de Cristo produce en el espectador una sensación de desazón aún sabiendo de su resurrección, verdadera noticia para el cristiano. Largas filas de nazarenos guiaban el camino de este entierro, solemne caminar por las calles de Almería, tras ellos aparecía el cuerpo de acólitos, destacado en esta hermandad por llevar la Cruz Parroquial, dos ciriales escoltando a esta y cuatro acompañando al misterio de Ntro. Señor, hecho que se produce al tener la cofradía solo un paso. Nubes de incienso creadas por los turiferarios envolvían el traslado de nuestro Señor en una niebla que hacía más impresionante el paso del mismo ante nuestros ojos.

Iris morados servían de alfombra para esta magnífica obra de Juan Manuel Miñarro López, que unidos a los pétalos que fueron arrojados a su paso en la calle de Las Cruces componían un austero exorno floral acorde al momento representado. A la entrada a San Agustín la oscuridad lo abarcaba todo pues esta cofradía finaliza su recorrido por las calles de nuestra ciudad adentrándose en el templo sin luz alguna como si de un sepulcro se tratara, tan solo la tenue luz de los cirios de los hermanos iluminaba el camino del Señor. Otro Viernes Santo La Caridad volvió a trasladar a Jesucristo al sepulcro quedando a la espera de su vuelta a la vida eterna.

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