Bajo Palio

Solemne entierro de Cristo

Tarde primaveral de Viernes Santo en Almería. Jesús reposaba en el sepulcro como lo pudimos contemplar y admirar en ese discurrir solemne y ceremonioso del Santo Entierro. El cortejo procesional comenzó su camino penitencial desde la iglesia neoclásica del San Pedro, antiguo Convento de San Francisco, para hacer la Estación de Penitencia a la S. y A. Iglesia Catedral de la Encarnación, en la que fue recibida la corporación cofrade con el obispo y Cabildo de Canónigos, tras pasar los nazarenos reverenciando la adoración a la Cruz del Santísimo Cristo de la Escucha que se encontraba en su capilla.

A los cofrades se les dirigieron con las palabras de exhortación del hermano mayor, Jorge Espinosa, In Nomine Patris Et Filii Et Spiritus Sancti, y las preces de ritual, por parte del capitular penitenciario y consiliario, Esteban Belmonte, pidiendo que el Evangelio se haga en las vidas de todos y afirmando que "en Cristo, muerto y resucitado, tenemos la sublime escuela de auténtica humanidad".

Sonó la campana del diputado mayor Juan Vizcaíno y un centenar de nazarenos revestidos con túnica, antifaz, capa y cíngulo negro con cirios de luz, comenzaron el peregrinaje procesional por el casco histórico. Un momento emotivo fue la entrega de un ramillete de flores a la monjas de clausura de los Conventos de Las Claras y Las Puras por los que discurrió el Santo Entierro.

El cortejo procesional, procesión oficial de la Semana Santa, en su labor evangelizadora, fue un auténtico pregón escénico, con sobriedad y austeridad, propia del momento de la pasión. El paso del Santo Sepulcro iba portado por 60 hombres de trono, revestidos con túnica negra y sobrepelliz con el escudo del Santo Sepulcro, y dirigidos con solemnidad por el capataz Manuel Ceregido Gómez y los priostes Modesto Sánchez y Eduardo Morcillo, a los sones de marchas fúnebres interpretadas por la Banda municipal de Almería.

Tras el mismo, la presencia del obispo, Cabildo Catedral, seminaristas, Corporación Municipal, bajo mazas, presidida por el alcalde, Luis Rogelio Rodríguez-Comendador; presidente de la Diputación, Juan Carlos Usero; diputado nacional Rafael Hernando; Comandante Naval, Luis Serrano Huici; el comisario José Antonio Prieto, intendente mayor de la Policía Local, Carmen María Martínez, y la Agrupación de Cofradías, presidida por José Antonio Sánchez Santander.

El cortejo con todos los símbolos de la liturgia procesional, mostrando el marianismo de Almería, el paso bajo palio de Nuestra Señora de los Dolores, con exquisito adorno floral, y vestida por las dulcificadas manos de Álvaro Abril, donde la luz de la candelería se hizo pañuelo para enjugar las lágrimas de la dolorosa, armonía prodigiosa de Nicolás Prados.

El paso de palio fue llevado con trabajadora sevillana, por el afamado capataz Ramón Viciana, cuyos varales bordaban con primores de esfuerzo de costaleros al aire trémulo y melancólico de la noche de Viernes Santo.

La presidencia de la hermandad estaba integrada por el consiliario Esteban Belmonte, hermano mayor Jorge Espinosa; camarera mayor María Gámez, y teniente de hermano mayor del Encuentro José Antonio Ferre, y las personas distinguidas por la cofradía en este año sacerdotal.

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