Cultura

Vanesa Martín derrocha su encanto en el Maestro Padilla

  • Con un Auditorio abarrotado, la cantante malagueña conquistó al publico no solo con su voz sino con sus palabras confidentes

La gira de presentación de Crónica de un baile, el cuarto disco de Vanesa Martín, realizó el viernes parada en el Auditorio Maestro Padilla. Como prueba, las entradas para la cita estaban agotadas desde hacía más de una semana. Con esta evidente prueba de las ganas que había por escucharla, Vanesa Martín no se acomodó en absoluto, sino que además derrochó encanto, entrega y complicidad con su público durante más de horas de una actuación que encogió los corazones el máximo de tiempo, pero que también hizo bailar en algunos tramos del repertorio.

La base de la selección de canciones, como no podía ser de otra manera, se cimentó en diez de los doce cortes que conforman Crónica de un baile, el álbum por el que ha recibido recientemente Disco de Oro en ventas.

De esta forma, el concierto arrancó con tres de esas canciones: la pegadiza Frenar enero, Respirar de ti y la más dramática No me salves. Un inicio que sirvió para sumergir a los asistentes en el mundo de emociones de la malagueña y calentar esa voz que arrancaría más de un "ole" en el patio de butacas.

Esa mezcla de pop y rock de autor, junto con el toque andaluz de sus quiebros son el secreto de una joven que sigue escalando popularidad con actuaciones como la del viernes. Pronto llegó el recuerdo a su anterior Cuestión de piel con los temas La piel y un sensual Ropa desordenada, para después mirar más atrás con A la deriva del disco Trampas, de 2009.

Cada vez más a gusto, la artista aseguró que había sido "un concierto muy especial y que jamás olvidaré", continuó el recorrido por Hablas y la bella Trampas, que destaca por la melodía inicial y sus pequeños arreglos orquestales.

Los temas de Crónica de un baile siguieron sucediéndose a continuación en las gargantas de Vanesa y de su público con Es tan necesario, Tiempo de espera y Hoy no, para así llegar al momento más intenso de la velada. La interpretación, solo acompañada del piano, de Durmiendo sola, uno de los temas de su debut discográfico Agua (2006), y que puso en pie al Maestro Padilla.

A partir de este momento, la riqueza sonora aumentó en su variedad con la más cálida No te pude retener, interpretada en corro y con cajón, Me olvidé del azul, uno de los bonus tracks de iTunes del último disco, y Polvo de mariposas, con el sentido arrope de violín para un texto delicado y personal.

Enfilando el tramo final del concierto y lejos de dinámicas compensatorias, Vanesa Martín agrupó tres de sus temas más festivos para poner a bailar a los asistentes. Arráncame, donde brilló especialmente el desarrollo instrumental posterior con un 'duelo' de solos entre guitarra y teclados, Sintiéndonos, de profundo sabor rockero, y Aún no te has ido, con su base latina.

Aún quedaba tiempo para dos temas más antes de la primera despedida: Déjame a mí y el gran single de su último disco Sin saber por qué. Una agradecida Vanesa Martín volvió pronto a escena para el momento intimista de Ey, con ella sola al piano, y Casi te rozo, donde hizo lo propio a la guitarra.

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