guillermo de jorge. poeta soldado

"Al igual que milito en la poesía, sirvo en la milicia. Es un oficio"

  • Este tinerfeño, afincado en Almería, presenta hoy a las 19:30 horas el cuaderno de combate 'Afganistán. Diario de un soldado' en la galería MECA

Guillermo de Jorge cursó Filología Inglesa en la Universidad de La Laguna. Suboficial del Ejército de Tierra del Arma de Infantería, es Diplomado Superior de Montaña por la Escuela Militar de Montaña y Operaciones Especiales del Ejército de Tierra. Ha participado en varias misiones de paz, significando su estancia en Afganistán e Irak. Soldado poeta, ha publicado el Cuaderno de Combate Afganistán: Diario de un Soldado, prologado por Lorenzo Silva en la Editorial Playa de Ákaba, que lo presenta hoy junto con la Exposición Colectiva Afganistán: Pasajes, donde se expondrán fotografías, con Lorenzo Silva, sobre Afganistán, en MECA Mediterráneo Centro Artístico, hoy viernes 1 de julio a las 19:30 horas.

-¿Cómo surge la idea de escribir este cuaderno de combate?

-En mi estancia en Irak, quizás por la falta de madurez personal o por no estar preparado en términos literarios para abordar un proyecto como Afganistán: Diario de un soldado, me quedé con la deuda de escribir in situ todo aquello que viví. Cuando me dieron la orden de desplegar junto con mis compañeros en aquellos territorios, pensé que la mejor manera de abordar aquella nueva situación era por medio de un Dietario. Un formato que me permitía expresar y plasmar mis vivencias siendo honesto y fiel a la realidad que experimentaba. Dejando, en algunos casos, los artificios y recursos estéticos, para dar forma a un discurso, que se preveía muy complicado, y donde tenía que respetar a todos aquellos compañeros que, en cumplimiento de su deber, dieron sus vidas.

-¿Cómo llegó a publicar en la Editorial Playa de Ákaba?

- Lo cierto es que, como todo en la vida, fue suerte. El día más inesperado, me vi publicando con Playa de Ákaba. Llevo más de veinte años escribiendo, dejándome la piel. A veces, con menos acierto. Otras, más aturdido que certero. Aunque, sin duda alguna, el artífice fue Lorenzo Silva. Apostó por un diálogo interior donde se ponían en entredicho todos aquellos preceptos y conceptos que se preveían universales. Y que por circunstancias se tenían que volver a transcribir o, por lo menos, ponerlos en duda. Teniendo un objetivo claro: no permitir la destrucción del ser humano como individuo y permanecer fiel a los principios y valores que lo sustentaban.

-Está considerado como un poeta soldado. ¿Está de acuerdo con esta definición?

-Es difícil poder explicar esa definición. Sin duda alguna, me siento un poeta soldado, no un soldado poeta. Al igual que milito en la poesía, sirvo en la milicia. Es para mi un oficio, una religión de hombres honrados. Una manera de vivir, una manera de amar. Y es que la poesía es un naufragio constante, donde el poeta debe de acostumbrase a vivir con ello. Algo inherente en la vida y en la milicia. Pues aquellos que amamos el oficio, sabemos que no esperamos nada a cambio y, sin embargo, estamos dispuestos a darlo todo.

-¿Cómo surge la idea de la exposición colectiva?

-La idea surgió por la necesidad de plasmar y proyectar imágenes reales. De acercar al lector no sólo a un universo sensorial, poético y narrativo, sino también a la realidad visual en la que está sumergida una parte de la población y que, de una forma u otra, nos afecta. Aunque no nos lo parezca. Con la inmigración, como telón de fondo, por un lado y con el firme propósito de hacer llegar una verdad lejana de la que se debe de tener un mayor conocimiento, para entender muchas de las cosas que ocurren en el mundo. Lorenzo Silva supo captar la esencia de esa realidad y, con sus imágenes, acompaña la exposición con textos de su libro Pasajes (Editorial Playa de Ákaba, 2016). Una exposición conjunta que reclama paz y conciencia. Por la dignidad del ser humano y para combatir el olvido.

-¿Este Diario está dedicado a alguien en especial?

-Este diario está dedicado a todos aquellos compañeros que dieron su vida en acto de servicio o en combate. Y, en especial, al Sargento Primero Joaquín Moya y al Sargento Antonio Abril.

-¿Tiene algún nuevo proyecto poético en mente o, por el momento, seguirá publicando en su blog?

-Siempre se tiene que tener la mente ocupada en algo. En estos momentos, estoy dedicado en exclusiva al Diario, pero sin dejar de mirar nuevas fórmulas, nuevas propuestas para materializarlas en un futuro que se antoja lejano. Ahora es momento de digerir el diario y, con él, las experiencias y dejar que el tiempo haga el resto del trabajo. Ya se sabe: el trabajo, el esfuerzo, la vida en sí, debe de seguir su camino, sin forzarla. Aunque siempre hay que dejar espacio para la impronta.

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