Cultura

Maltratado por el destino

Especializado en cuestiones referentes a la familia real española, el periodista José María Zavala -responsable de otras publicaciones como La infanta republicana o La maldición de los Borbones- ha querido adentrarse ahora en el perfil de un hombre que, de haber sido otras las circunstancias, podría haber sido el actual rey de España: Alfonso de Borbón. "Su abuelo, Alfonso XIII, engañó a su padre, don Jaime -que era sordomudo-, para que renunciara por escrito al trono". Desde entonces, la condición de non grato acompañaría tanto al duque de Cádiz como a su hermano, Gonzalo, duque de Aquitania, ambos en el exilio hasta 1954. "Pasaron su infancia en un internado en Suiza y, una vez aquí, fueron desplazados por don Juan de Borbón a Bilbao. No sería hasta bastante después cuando pisarían por vez primera Madrid", aclaraba el autor ayer en Sevilla.

Y aunque de todo eso trata El Borbón non grato, título de la nueva obra de Zavala, son los últimos años del protagonista del relato en los que más líneas y más esfuerzos se han invertido. "Comienzo reflejando la que fue la última Navidad en su casa de Pozuelo de Alarcón junto a su madre, Manuela Dampierre, su hijo, Luis Alfonso, y su albacea testamentario, Federico Trénor", explicaba el investigador a este periódico. "El duque, igual que en una premonición, le avanza en privado a Manuela que no quiere ser enterrado en el Escorial -como le hubiera correspondido por la condición paterna de Príncipe de Asturias de su padre-, sino al lado de su hijo Fran quien, a su vez, había perdido la vida cinco años antes, en 1984, en un accidente de tráfico que siempre sería recordado por los suyos".

Casado con Carmen Martínez Bordiú, nieta de Franco, en 1972, Alfonso de Borbón se convierte en presa fácil de la prensa del corazón y, entre la separación matrimonial posterior, la relación con la actriz Mirta Miller y el resto de desgracias que le rodearon, su perfil histórico fue perdiéndose en virtud de otro más social. Si a eso le sumamos los hechos acaecidos en 1989, la leyenda está servida. "Se encontraba en Beaver Creek, Colorado, con el campeón de esquí Tony Sailer, su mujer, y un responsable de seguridad", recuerda el aún impactado escritor. "Tony nunca pudo entender cómo un cable que, al descender ellos, estaba a ras de pie, se elevara en un segundo hasta 1´75 metros". Y más allá. "La policía americana tomó un centenar de fotografías que fueron destruidas y que, en otro caso, hubieran sido esenciales para aclarar los hechos. Por si fuera poco se anotó en un documento, en inglés y en mayúsculas, la palabra HOMICIDIO". Incluso, siempre al hilo argumental de El Borbón non grato, la propia Manuela Dampierre, con posterioridad, llegaría a tener conocimiento de una llamada en el consulado español en Lisboa donde se advertía que, en caso de que Gonzalo de Borbón siguiera los pasos legitimistas de su hermano, le aguardaría un final parecido.

Muchos han sido los secretos que José María Zavala deja al descubierto con varios objetivos como metas. "Quiero que se reabra la investigación para esclarecer los aspectos más oscuros de este caso y que se haga justicia sobre la memoria de un señor que fue víctima, en numerosas ocasiones, de ofensas por parte tanto de miembros de su familia como de otras autoridades. Baste recordar cuando, en la boda de su primo Juan Carlos, se le ninguneó tratándole sólo de "usted". Es un maltratado del destino y de la historia. Alguien incómodo al que he pretendido rendir tributo".

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