Cultura

La casa de Jesús de Perceval se cae a trozos

  • La basura se ha apoderado del inmueble que se encuentra en la calle que lleva el nombre del pintor

La casa en la que Jesús de Perceval vivió desde el año 1942 hasta su muerte, en la calle que lleva el nombre del pintor se ha convertido en un lugar donde se acumulan las basuras, con el consiguiente peligro de derrumbe del inmueble. La vivienda lleva casi dos años que no está habitada por nadie, con lo cual la humedad y la suciedad se han cebado en su interior y todavía de lo poco que queda se aprecian algunas obras del artista almeriense esparcidas por las habitaciones, maderas donde la humedad ha provocado su rotura, y algunos techos que corren el peligro de caerse.

La vivienda es una casa donde el pintor vivió con su esposa Carmen de la Cámara, sus cuatro hijas y donde además en la parte sótano de la vivienda tenia un taller de madera, donde hizo gran parte de la imaginería, luego hay otro estudio de pintura donde apenas quedan restos de lo que realmente fue. Es impresionante comprobar el estado de deterioro de la vivienda, mientras la familia espera que alguna administración decida tomar cartas en el asunto y así poder hacer un museo o una biblioteca en un edificio tan singular como esta vivienda.

Tras la muerte de Perceval hace 25 años, en esa vivienda continuó viviendo su esposa, Trina de la Cámara. Sin embargo, tras la desaparición de la dueña de la casa, en 2002 el abandono comenzó a apoderarse de la vivienda. Los arboles, que había en la misma puerta de la casa, han ido creciendo sin control, nadie los ha podado en años y ahora esos árboles muestran por si solos el abandono de lo que ha sido el inmueble entero. Restos de sillas, basura y ramas se amontonan a la entrada.

Este inmueble se puede apreciar que fue un lugar de señorío en otro tiempo. Cuando Perceval se instaló en la casa que fue construida a principios del siglo XX, solo había muchas parcelas y un gran campo de fútbol, el más grande que tenía Almería entonces. Pero han pasado más de 70 años y el entorno ha variado enormemente.

Pero es que en la casa todavía queda una extensa documentación que guardaba Perceval, colecciones de libros, colecciones de revistas, e incluso algunas obras de gran valía que se encuentran tiradas en los pasillos o en medio de salones. Esto parece algo inaudito. Si Perceval levantara la cabeza y viera como está la casa que tanto mimó durante años, no se lo podría creer.

De lo que fue su estudio apenas queda nada. Dos armarios abiertos, que ha sido vaciados y restos de que allí un buen día hubo un hombre que pintaba. La casa parece como si hubiera sido desvalijada.

Mar Perceval, hija de Jesús de Perceval quiere que el inmueble se convierta en una Casa-Fundación, que vuelve a recobrar el gran esplendor que siempre tuvo y que la Casa se convierta como una Escuela de Artes en la ciudad. Sea como sea, es  necesario, y de forma urgente que se tomen cartas en el asunto. Bien que alguna Administración adquiera la casa y le dé un uso cultural o por otra parte, crear esa Fundación. Lo cierto es que se haga lo que se haga, hay que evitar que la casa no se caiga.

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