días rojos

Manuel Cuesta

Breve cuento de invierno

REALMENTE aún no ha llegado el invierno, las calles aún conservan su manto de hojas amarillento, cobrizo, los árboles se deshacen de las hojas porque detectan la llegada del frío. Pero las luces de Navidad ya iluminan todo el centro de la ciudad y parece que indican el camino de vuelta a casa. La Navidad se acerca y a mucha gente le pone triste. Quizá esta férrea crisis barrunte una Navidad casi dickensiana, son tiempos difíciles, la prima de riesgo, las agencias de calificación y el paro merman nuestros sueños de infancia y nuestras ilusiones. Con las mías no podrán. Mi imaginación es indestructible. Proviene del mismo lugar donde nace la poesía. Me imagino a Ángela Merkel disfrazada de Santa Claus. Así que no descarto acercarme hasta tu puerta con mi mejor sonrisa y entonar mi propio villancico. Estoy tan loco que no pienso permitir que la Navidad te vuelva a poner triste nunca más.

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