ME pone de muy mala leche, que alrededor de 10.000 niñas de inmigrantes en este país estén en riesgo de sufrir la ablación genital (imagínese la cifra en el resto del planeta). Será que soy un zote, un bruto, un pedazo de alcornoque, pero es que no entiendo cómo es posible que haya que convencer o explicar a los padres y madres de estas niñas que esta práctica cruel afecta gravemente a la salud física y mental de sus hijas ¡Además es una violación de los derechos humanos! Soy un alicate, un lerdo, no comprendo que su cultura exige que estas niñas tengan que pasar por el calvario que supone la ablación: tremendos dolores, infecciones, problemas sexuales… Y para colmo, bregar con los que dicen que hay que respetar las creencias o tradiciones de otras culturas. No oiga, en este caso, no respeto nada, será que soy un bestia, un necio o un intolerante, pero con la ablación ¿tolerancia? Cero.