ASISTIMOS inmóviles a una serie de acontecimientos feroces. La nueva reforma laboral sin ir más lejos, parece dejar impasibles a miles de jóvenes de este país que deberían salir a las calles a protestar, se juegan su futuro, y para empezar, tendrán menos derechos laborales que sus padres. Al empresario los despidos le saldrán más baratos. No vale con quedarse delante de la tele viendo cómo arde Atenas, nosotros tampoco estamos de acuerdo con las decisiones que se toman cada día en España. Somos testigos de una justicia que absuelve a políticos corruptos pero condena a jueces por investigar oscuras tramas de corrupción política o los crímenes del franquismo. Arde Atenas como ardió Troya o la Roma de Nerón, pero sin Nerón, como podía haber ardido París por culpa de los nazis. Hay que salir a tapar la calle, tenemos los bolsillos llenos de indignación y motivos de sobra, ¿A qué esperamos?