Celso Ortiz

Joaquín Pérez Siquier, 'Rara Avis'

EL día que Joaquín Pérez Siquier, recién llegado a la adolescencia, fue agredido en la Plaza de Careaga por unos falangistas veinteañeros que le hicieron tragar un vaso de aceite de ricino, después de haberle rapado la cabeza al cero, probablemente se percató de que la guerra no se había acabado del todo. Su padre, Don Joaquín Pérez Cañadas, funcionario del Cuerpo Técnico de Hacienda, encarcelado por su condición de militante del PSOE y de la UGT, ya había sido puesto en libertad mediante sentencia dictada el 25 de noviembre de 1942. Pero aunque la sentencia fuera absolutoria y el fallo del Consejo de Guerra lo calificase como "hombre de buenos antecedentes y conducta", eso no libraba a Joaquín Pérez Siquier de pertenecer a una familia del bando de los perdedores. Debió de ser muy doloroso para sus padres percibir la saña de aquellos cobardes matones en la persona del hijo adolescente, pero, por encima de todo, había que encontrar las palabras adecuadas para que el rencor no anidase en el corazón de un joven estudiante que tenía que desenvolverse en un mundo de vencedores y vencidos.

Tarea difícil de la que, con gran sabiduría, se ocuparía su madre, Doña Paula Siquier Bestard, mallorquina afincada en Almería después de haber vivido años en París y de haber viajado, cosa excepcional en aquella época, por distintas capitales europeas. Mujer con ideas progresistas y liberales, supo transmitir a sus hijos los valores de la libertad, la tolerancia y el respeto, al tiempo que les inculcaba un especial interés por la cultura. Los que conocemos a Joaquín Pérez Siquier, es así como lo conocemos. Y con esa formación, ha sabido mantenerse fiel a sus ideas, respetando y haciéndose respetar por los demás. Estudió libre la carrera de Derecho, se licenció en la Universidad de Granada, e ingresó en el Cuerpo Técnico de Administración Civil de la Diputación de Almería donde desarrolló su actividad profesional.

Durante todo ese tiempo Joaquín Pérez Siquier se mantuvo en contacto con grupos de la oposición al franquismo y con socialistas residentes en el extranjero, de los que recibía periódicos prohibidos en España. A raíz de estos contactos semiclandestinos, fue amonestado en la década de los años setenta por el gobernador Civil Gías Jové, mediante una nota que le fue entregada en mano por el propio secretario particular. En la misma le conminaba a que abandonara sus actividades sospechosas bajo la amenaza de que, en caso contrario, sería expulsado del país. Pero los tiempos habían cambiado, la posguerra quedaba lejos, el aceite de ricino ya había desaparecido del mercado y las amenazas no desembocaban en procesos sumarísimos.

Así que Joaquín Pérez Siquier continuó su andadura por el camino del progreso durante la transición para entrar con buen pié en los albores de la democracia, afiliándose al PSOE en junio de 1977. Desde esa fecha la actividad pública de Joaquín Pérez Siquier fue un claro referente del socialismo y de la cultura almeriense. En el terreno político ha desempeñado importantes cargos en la organización provincial del partido desde que fue elegido Secretario de Prensa, Propaganda y Cultura en la Ejecutiva Provincial que se formó en diciembre de 1978 siendo Secretario Provincial, el socialista histórico Manuel Tesoro. En 1978 fue designado por el PSOE miembro de la Comisión Mixta de Transferencias Junta de Andalucía- Diputaciones. En ese mismo año fue delegado en Almería, junto con el periodista Manuel Gómez Cardeña, del Congreso por la Libertad de la Cultura que presidía Antonio Gala. En las elecciones generales de marzo de 1979 fue candidato al Senado y en 1982 salió elegido diputado al Congreso al igual que en las elecciones de 1986, 1989, y 1993. Se puede decir, por tanto, que su actividad política más relevante es haber sido diputado por el PSOE, durante cuatro legislaturas seguidas, representando a Almería en el Parlamento de España.

Joaquín trabajaba en Madrid, pero siempre con Almería en el pensamiento. Siendo ya diputado y en colaboración con el profesor Fernando Martínez, se presentó junto a un grupo de jóvenes intelectuales y progresistas almerienses, para llevar las riendas del Ateneo de Almería y convertirlo en la plataforma cultural de la transición. Salió elegido presidente en una asamblea tan acalorada como cualquiera de los actos que se desarrollaban en aquella época de euforia por los cambios en la vida social y política. Y aprovechando los escasos medios con que contaba la institución, el entusiasmo del equipo que formaba la nueva junta directiva, y la oportunidad que le brindaban sus contactos en Madrid, Joaquín Pérez Siquier hizo del Ateneo de Almería una especie de "Club Siglo XXI", por el que desfilaron entre 1982 y 1986, las figuras más relevantes de la política y la cultura del país. Desde el profesor Ruiz Jiménez, que inauguró el ciclo, hasta Alfonso Guerra - en aquellos momentos Vicepresidente del Gobierno-, desde Rodríguez Sahagún hasta Félix Grande, pasando por Juan María Bandrés, Santiago Carrillo, Roca Junyent y un largo etcétera.

En el año 1988 fue elegido Secretario de Cultura de la Ejecutiva Provincial, con José Antonio Amate como Secretario General, y nombrado presidente del Aula Socialista de Cultura, aunque, a decir verdad, Joaquín Pérez Siquier fue su verdadero creador. Resultaría muy largo nombrar a todas las personas que participaron en el aula, pero baste con decir que cuatro de los cursos que se celebraron, fueron inaugurados por los cuatro ministros de cultura que tuvo el PSOE en ese período: Javier Solana, Jorge Semprún, Jordi Solé Tura, y Carmen Alborch. La importancia del Aula de Cultura trascendió mucho más allá de los límites de la provincia y fue la propia Comisión Ejecutiva Federal del PSOE la que, en su memoria de gestión, resaltó, en el ámbito cultural, que "la actividad desarrollada por la Fundación Pablo Iglesias, la revista Leviatán, y el Aula Socialista de Cultura de Almería, ha sido importante, abierta y generosa."

En el terreno personal, Joaquín Pérez Siquier es un hombre felizmente casado y padre de dos hijas. En su casa reina el mismo orden que en su copiosa biblioteca, donde ocupan lugar privilegiado libros dedicados, de escritores de la talla de Julio Cortázar, Rafael Alberti, Carlos Barrall, José Luis Sanpedro, Santiago Carrillo y un largo etcétera. Entre las dedicatorias he encontrado la mejor definición que se puede hacer de Joaquín Pérez Siquier y que cito textualmente: "A mi amigo Joaquín Pérez Siquier, hombre culto, lector, amante de las artes, sensible y político, "rara avis" a extinguir que debemos cuidar con mimo. Alfonso Guerra, 15 de diciembre de 1983"

Veinte años más tarde, José Luis Rodríguez Zapatero, recién elegido Secretario General del PSOE, en el discurso que pronunció ante militantes y cargos socialistas en el Parador de Turismo de Mojácar, tras enumerar las cualidades que, a su juicio, debe reunir un auténtico socialista dijo estas palabras: "y está hoy aquí un compañero que reúne esas cualidades, amigo entrañable, hombre de la cultura, compañero al que tantas veces he pedido consejo y que ha sido siempre mi maestro durante los diez años que, día a día, hemos estado juntos en Madrid. Está hoy aquí con nosotros, Joaquín Pérez Siquier".

Publicado en el libro "Crónica de un sueño.Memoria de la Transición en Almería 1973-83"

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