días rojos

/ Manuel / Cuesta /

Willy Toledo

De sobra conocida es la animadversión que siente la derecha de este país por el actor español. Por eso no me extraña que la policía lo detuviera por su participación en un piquete el día de la Huelga General o que el fiscal le acuse de un delito contra los trabajadores, daños y atentado contra la autoridad. Es normal. Willy es de los pocos artistas comprometidos en este país que dice lo que piensa. No comparto todas sus opiniones, pero yo mismo pude constatar hace muy poco, cómo respondió cuando las cámaras de Intereconomía irrumpieron en el último acto organizado por las víctimas del franquismo en Madrid. Sabía de lo que hablaba. Y no le tembló el pulso ni la mirada delante de aquella periodista cuando habló de la memoria histórica y de los desaparecidos en la Guerra Civil. Pero claro, Willy, quizá como Garzón, y salvando circunstancias, es otra voz a la que callar cueste lo que cueste.

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