días rojos

Manuel Cuesta

Adiós, Miki Roqué

EL 26 del Real Betis Balompié era espigado, serio, noble y seguidor del grupo irlandés U2. Jugador de élite desde muy crío, gran pase largo y mejor colocación, era uno de los fichajes más prometedores de la cantera verdolaga. El cáncer se lo ha llevado a los 23 años. Es un drama para el fútbol. Pero sobre todo es un drama sin el fútbol en sí mismo, es un golpe brutal para sus familiares y amigos. Es imposible comprender por qué la muerte se lleva a alguien tan joven de un zarpazo. Nos deja una humanidad heroica que se suma a su calidad como futbolista, se enfrentó al cáncer y le miró a los ojos, tuvo que dejar a su equipo para emprender una nueva gesta: tratar de superarlo. Se ha marchado un gran atleta. Pero aún más importante: se nos ha ido un tipo muy joven. Casi un niño. Me sumo al profundo dolor de sus familiares con el abrazo más sentido y este desconsuelo de luto verdiblanco.

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