La buhardilla

Manuel Lucas Matheu

El poder de la sexualidad

LLEVAMOS siglos marginando, ninguneando y frivolizando el hecho sexual humano. Sin embargo, aunque una parte importante de nuestra sociedad siga cerrando los ojos, la realidad es que la sexualidad es un hecho ineludible, que vertebra nuestra existencia.

¡Y tanto! por ella se juegan su carrera los políticos. El director de la CIA, el general David Petraeus, uno de los militares más laureados y respetados de toda la historia de Estados Unidos, acaba de presentar su dimisión al presidente Barack Obama, como consecuencia de una relación extramatrimonial. ¡Tantos políticos americanos, que han caído en desgracia por temas sexuales! El gobernador de Nueva York, Eliot Spitzer, azote de la prostitución y a su vez cliente asiduo. El gobernador de Nueva Jersey, James. E. McGreevey, que renunció después de admitir que era "gay". El senador republicano Larry Craig, tras ser arrestado por conducta "impropia" en un lavabo del aeropuerto de Minneapolis. Lo de Bill Clinton con la becaria. El candidato favorito del Partido Demócrata a la investidura, Gary Hart tuvo que retirarse de la carrera presidencial por una relación extraconyugal, etc. En España, desde el rey para abajo, no dimite nadie por un affaire sexual. Somos diferentes. Solo mezclamos el sexo con la política, para hacer chistes o chismorreos jocosos. Pero en EEUU, los temas sexuales, pueden ser la desgracia de los políticos. Y además, una desgracia agravada por una especie de autoinmolación pública, en la que los "pecadores", reconocen su culpa, y se sienten y se presentan ante sus conciudadanos como los seres más despreciables del mundo. En Irlanda hace 2 años, Iris Robinson, la esposa del primer ministro norirlandés, hizo realidad a la famosa "Mrs. Robinson" de la película "El Graduado" que trataba de las relaciones sexuales entre una mujer mayor y un joven. A pesar de ser una devotísima cristiana protestante pentecostal, con un fuerte extremismo y puritanismo religioso, Iris Robinson no pudo resistir a la tentación de un cuerpo masculino joven. Qué fuerza tiene la sexualidad, para que determine que muchas personas extremadamente puritanas, incluso militantes fervorosos de la represión sexual, se desmadren en su vida privada, haciendo todo lo contrario de lo que tan apasionadamente predican. Y además se jueguen su prestigio, su carrera política y su vida familiar. Parece a veces una fuerza irrefrenable. Nosotros deberíamos seguir sin mezclar el sexo con la política, respetando la vida privada de todas las personas. Aunque desde que las mujeres entraron en política, no se les trata con el mismo rasero. El caso de Olvido Hormigos, concejala de Los Yebenes (Toledo), fue un ejemplo, con su vídeo erótico en las redes sociales, a final de este verano. Eso sí, hoy sigue en su puesto de concejala, con el apoyo de su partido y de su pueblo. ¡Menos mal!

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