la buhardilla

Manuel Lucas Matheu

Almería y la Sexología

ALMERÍA ha progresado en estos últimos años a un ritmo meteórico, y además Almería es testigo muy directo de las consecuencias de la huida desesperada de la pobreza, de los habitantes del continente vecino. La crisis ha frenado esto, pero sigue siendo un hecho claro.

Vivimos en un modelo sociocultural, cada vez más, claustrofílico y aislante. La desigualdad y la agresividad definen al actual homo, más sapiens-demens que sapiens-sapiens, como diría el antropólogo Edgar Morín. Pero yo soy de los que creo que las razones de nuestro éxito evolutivo de antaño, pueden ser las mismas razones, para que la terrible encrucijada en la que nos encontramos en la actualidad, se resuelva a nuestro favor. Para ello es imprescindible que la tecnología sea ampliamente complementada por el acercamiento entre las personas, y la locura consumista, por la solidaridad. ¿Utopía? No sé, pero lo contrario nos llevará a una hecatombe humana, cada vez más palpable. Los seres humanos tenemos, desde que nacemos hasta que morimos, una inmensa sed de piel. Eso es lo que más diferencia nuestra sexualidad de la de otros seres vivos. Y esa sed de piel, no saciada, genera agresividad. Después de estudiar la relación entre la sexualidad y la agresividad de decenas de culturas humanas, a mí no me cabe la menor duda.

La Universidad de Almería ha sido la pionera en toda Europa, en implantar un título oficial en Sexología. Es cierto que la sociedad almeriense no le ha dado toda la importancia que el hecho merece, pero posiblemente en otro lugar hubiera sido motivo de rechazos y críticas, más o menos veladas. Aquí, no.

Almería es frontera, y es ya multicultural. Almería, por su situación cultural y geográfica, y también por su propia idiosincrasia, puede ser pionera en un nuevo modelo, de sociedad, más solidario, más cercano, más flexible, y sexualmente más sabio, más maduro y más tolerante. Pero se ha de preparar para ello. Hoy tenemos la oportunidad en nuestra Universidad para ser referentes en Europa, en la investigación y en el estudio de la Ciencia Sexológica. De hecho, esta semana se ha reunido aquí, en la Universidad de Almería, la Academia Internacional de Sexología Médica. Esto, si la miopía de futuro de algunos, o actitudes recelosas de otros, no lo impiden, claro.

Y esto sin duda tendrá un reflejo en la propia sociedad almeriense, que ya de por sí tiene un caldo de cultivo favorable, para ser también referente de paz, de tolerancia, de afectividad, de una relación igualitaria entre hombres y mujeres, y de una salud sexual envidiable. ¿Obsesiones de un sexólogo? Es posible, pero miren ustedes sinceramente dentro de sus pensamientos, de sus deseos, de sus miedos y de sus anhelos.

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