HACE poco fallecía la mujer de más edad que cruzó el Atlántico en una embarcación a vela. La protagonista de hoy es la británica Mary Helen Graham. Esta apasionada del mar nos dejaba a los 92 años después de haber cruzado el océano con la friolera de 89 años junto a su hijo, mientras completaban la travesía que separaba el Caribe de la costa británica de Portsmouth. La señora Graham fue una apasionada de la mar. Se casó con un ingeniero naval con el que diseñó un velero lo suficientemente seguro como para cruzar el Atlántico. Pero la historia se cruzó en su camino y la II Guerra Mundial impidió culminar su sueño. Tras el fallecimiento de su marido en 1975 Mary Helen formó un equipo de regatas denominado Las tres abuelas. Finalmente consiguió cruzar el Atlántico, junto con su hijo, a bordo de su pequeño velero de 8 metros de eslora, diseñado 64 años antes. La construcción de la embarcación se empezó a financiar con el dinero cedido por los invitados de la boda y posteriormente se terminaría de armar con una herencia que recibía 60 años después. El libro que publico tras su travesía decía: "No prestéis oídos a los pesimistas, lo que queráis hacer, hacerlo. Siempre habrá alguien que os diga que aquello es demasiado difícil, fácil o muy peligroso. O que eres demasiado vieja o joven. El tiempo nunca nos viene bien. Así que mi consejo es sencillo: embárcate y hazlo". El mundo de la vela nunca nos deja de sorprender. Un deporte que levanta pasiones, que saca lo mejor de las personas que funden su vida con el océano, merece la pena reflexionar sobre las palabras que encontramos en cualquier cuaderno de bitácora, en este caso de la abuela Mary Helen. Mientras otros viven sobre una nube volátil y artificial, los navegantes consolidan su trayectoria y sus éxitos de manera pasional y desinteresada. Que el viento y los mares acompañen tu espíritu Mary Helen.