Escuadra de mago

Nico García

Sin presión y a disfrutar

MENUDA batalla la de pasado mañana, uno de los encuentros más importantes en la historia de la UDA, si no el que más. Es cierto que el que la Primera División regresase a la provincia almeriense tres décadas después fue algo mágico e inigualable, pero mágico e inigualable también va a ser la cita del sábado, más si se consigue el ascenso. Vivir la fiesta en la A-7 y en tierras valencianas ya merecerá la pena, pero imagínense que se sube en esa situación y escenario inmejorable. Los medios nacionales ya dan por ascendido al Villarreal, pero cada día estoy más convencido de que van a ser los rojiblancos los que se lleven el gato al agua. Los amarillos son favoritos. Pero no me da miedo ni su presupuesto, ni su mayor masa social, ni su historia (jugó recientemente la Champions). Son 90 minutos y la UDA va a dar la campanada. Juegan en su campo, con la segunda plaza bajo el brazo; los de Gracia no tienen nada que perder y sí mucho que ganar, al contrario que su rival. La presión, para ellos. Una presión que ha provocado que estén con el palomino asomado. Prueba de ello son las declaraciones de Marcelino, atizando al colectivo arbitral (el colegiado del sábado es Vicandi Garrido, joven y casero...), pero en las que obvia algunas decisiones, como las de Sureda Cuenca en el encuentro de ida. El lobo quiere vestirse de corderito, haciéndose la víctima. El lobo es mucho lobo, comandado por el poderoso Roig, pero Caperucita Roja no tiene que tenerle miedo. En diciembre ya demostró que no es inferior. Y lo refrendará el sábado ganando en El Madrigal. Se va a colar en la fiesta amarilla y la va a colorear de rojiblanca, en un día para el recuerdo. ¿Y si no? Que nos quiten lo bailao. Tras disfrutar el sábado, ya tocará tomar la presión en una hipotética promoción. Pero hoy por hoy el lobo valenciano tiene miedo.

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