Escuadra de Mago

Nico García

Nadal y la marca España

RAFA no rompe una hegemonía con malos modales ni le cae mal a nadie. Es como Iniesta, un gran deportista, que habla más dentro del terreno de juego que fuera de él. ¡Y cómo habla! Su forma de ganar es impresionante, no dando nunca un punto por perdido y echando todo lo que tiene o más en la pista. El domingo consiguió otro récord al hacerse con su octavo Roland Garros (tiene que ser frustrarte organizar un torneo y que venga a ganártelo un español, algo que ha ocurrido en 11 en las últimas 14 ediciones). Sin embargo, más que por hacer historia, la gente habla de Nadal como la persona perfecta para llevar la marca España, el yerno que cualquier madre quisiera tener. Su imagen, con los ojos húmedos mientras escucha el himno de su país, es para enmarcar. Que un deportista que hace tres meses no podía andar haya sido el mejor representante de la marca España es digno de estudio. Ha conseguido lo que muchos políticos deberían de hacer, mientras se estrellan contra un muro hueco. Que Rafa haya sido el orgullo de España habla a las mil maravillas del deporte y deja otras profesiones bastante mal paradas. El segundo país con mayor tasa de desempleo de la Unión Europea debe tener más personas como él, más héroes que se partan la cara por la nación, que den todo lo que tienen, que intenten romper límites. Ahora, con la nueva ley estudiantil, no sería mala idea replantarse dar en los colegios de este país (en el que estudias cuatro, cinco o seis años en una universidad, en el que te sacas una o dos carreras, y acabas en el extranjero) una asignatura sobre el deporte, sus valores y los personajes que lucen estos. Seguro que los chavales aprenderían más estudiando el coraje, la superación, la garra y la lucha de deportistas como Nadal, los cuales ponen a España en el lugar que merece.

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