La tribuna

Manuel Peñalver

La lengua como medio de comunicación

LA falta de una auténtica preocupación pedagógica por el español como lengua materna ha sido, sin duda, un aspecto ciertamente negativo. Por eso, debemos lograr que la enseñanza de esta materia se ponga, en metodología y en medios (con referencia especial a las nuevas tecnologías), a la misma altura que en otros países europeos como Francia y Alemania. El tercer centenario de la RAE (1713-1714-2013-2014) y el análisis de la historia de su obra lexicográfica (1726-2014, año en el que se presentará la 23.ª edición del DRAE, con cerca de 90000 entradas léxicas), ortográfica (1741-2010) y gramatical (1771-2009) pueden ser un motivo de reflexión y estímulo.

Para modernizar y actualizar la asignatura de Lengua Española en todos sus niveles es absolutamente necesaria la colaboración entre docentes y lingüistas. Solo de este modo se podrá evitar que sigan siendo actuales aquellas afirmaciones del profesor José Polo: «Se espera que el alumno que ingresa en la Universidad, en una facultad de letras al menos, posea cierta capacidad crítica, alguna orientación en cuestiones de gramática normativa (teoría) y, por supuesto, la mecánica de la lengua: léxico suficiente, buena construcción, ausencia de errores ortográficos. Bien: todo eso es lo esperable..., pero la realidad sigue poco más o menos (probablemente peor, si tenemos en cuenta el auge de la enseñanza: mayores facilidades que antes) como cuando la describió A. Castro hace ya mucho tiempo».

En relación con ello, surgen estas preguntas: ¿Se le presta la atención debida al Diccionario panhispánico de dudas (2005), al Diccionario esencial de la lengua española (2006), a la Nueva gramática de la lengua española (2009), a la Ortografía de la lengua española (2010), al Manual de una nueva gramática de la lengua española (2010), a la Nueva gramática básica de la lengua española (2011), a la Fonética y fonología (2011), a la Ortografía básica de la lengua española (2012); obras todas de la RAE y de la Asociación de Academias de la Lengua Española? ¿Y al Nuevo diccionario de dudas y dificultades de la lengua española (2011) de Manuel Seco? ¿Y los diccionarios escolares son los idóneos? ¿Se valora uno tan completo como el Diccionario estudio Salamanca, publicado por la editorial Octaedro en 2007? ¿Se consulta el Diccionario del estudiante (2.ª edición, 2011), cuyos destinatarios son los alumnos de secundaria y bachillerato? ¿Se analizan las excelentes obras de Leonardo Gómez Torrego, Hablar y escribir correctamente (1.ª edición, 2006) y Las nuevas normas académicas de ortografía y gramática (2011)? ¿Se enseñan la fonética y la fonología, la gramática y el léxico en función de la lengua como instrumento de comunicación? ¿No se pueden aplicar estas mismas premisas, preguntas y cuestiones a las facultades de ciencias de la comunicación? El periodista es un referente y un ejemplo en el uso del español como lengua internacional y de cultura; sea cual sea la naturaleza y características del medio: prensa, radio, televisión, internet, periódicos digitales o redes sociales. La lengua española es, con el inglés, el idioma más importante dentro del mundo de la comunicación. Favorecer el desarrollo de las habilidades expresivas de los alumnos significa orientar la práctica al estudio de las estrategias verbales y no verbales de los textos de los medios de comunicación.

El texto debe ser el objetivo. Una competencia comunicativa, basada en unos sólidos conocimientos lingüísticos y literarios, en la que se integren de forma equilibrada las competencias fónica, gramatical, semántica y léxica, por un lado, y, por otro, la competencia pragmática, la sociolingüística, la psicolingüística y la discursiva, favorecerá el proceso. Que debe ir orientado siempre a la producción de textos escritos y orales en su diversidad. Y, por tanto, a la síntesis de las destrezas comunicativas receptivas, leer y escuchar, y productivas, escribir y hablar. Saber lengua para saber usar la lengua. Con el Marco común europeo de referencia para las lenguas, aprendizaje, enseñanza y evaluación (2002), como documento imprescindible. Su adecuación a la teoría y la práctica del español como lengua materna constituirá un hecho muy positivo. Profesores y alumnos podrán valorar sus consecuencias. Desde la escuela a la Universidad. Guillermo Rojo lo argumentaba así: "La lengua materna es la materia más importante de todo el currículum anterior a la Universidad, aunque solo sea por el hecho innegable de que constituye el medio por el que circulan todos los demás conocimientos".

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