Escuadra de Mago

Nico García

El espejo de todos

ÁNGEL, te vas al Almería". Ángel dejó la carretilla con la que estaba trabajando, se marchó del almacén y puso rumbo al sur de España para ser más feliz. Es la historia de Trujillo, quien creía que el fútbol ya no le daría más alegrías, incluso que no volvería a jugar más. Tras vestir la elástica del Azuqueca alcarreño en las categorías más bajas del fútbol, se marchó al Almería, donde se ha convertido en el espejo de la cantera y en el de todo ser humano. No conozco otra persona que en un lustro haya pasado del infierno al cielo sólo a base de trabajo.

No todo en la vida es el parné ni buenos representantes, sino que, a veces, el trabajo produce sus frutos. Podríamos decir que al central madrileño le sonrió la suerte, puesto que ésta también influye, pero lo que le ha llevado a ser hermano de la gloria ha sido su constancia y confiar en él mismo.

Hay varios tipos de jugadores: los que tienen un buen representante (y de esos hay varios en la caseta rojiblanca), los que poseen mucha calidad y alcanzan la élite en plena edad de crecimiento (sirva como ejemplo Suso) y los que van escalando poco a poco. Trujillo encabeza el último grupo. En el filial se hizo un nombre y en el primer equipo se ha hecho un hombre.

Todas las temporadas aparece como tercer o cuarto central, pero en todas acaba jugando. Y eso no es porque es de la confianza de un entrenador, sino porque vale. Pero más que con sus cualidades, me quedo con su humildad y trabajo, sabiendo que tan útil es el que pasa el día en un almacén como el que pisa los campos de Primera División, pero también conociendo que, con trabajo, los sueños se acaban cumpliendo.

Trujillo ha visto cumplir el suyo, demostrándonos a los demás que la escalada en cualquier profesión es posible, siempre con una dosis de humildad, ambición y trabajo. Ya no sólo es el espejo de la cantera, sino de cualquier ser humano.

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