La tribuna

Lucía González Rodríguez

Acuaterapia y patología motora

DESDE el periodo prenatal, el ser humano está ligado al medio acuático. En el interior de la placenta el bebé "flota" literalmente en un líquido que le envuelve y facilita sus primeros movimientos. El agua cuenta con una serie de características, como la flotabilidad, que son aprovechables por los fisioterapeutas para la rehabilitación motriz, tanto en adultos como en niños. Está demostrado que la acuaterapia favorece y mejora la movilidad articular, la flexibilidad, mejora el tono muscular y alivia el dolor. Es por tanto, una técnica de rehabilitación física la cual utiliza un tratamiento basado en espacios acuáticos cerrados (piscinas) donde se pueden aplicar una serie de procedimientos similares o iguales a los tradicionales, que contribuyen a mejorar las funciones musculares de acuerdo a las necesidades individuales del paciente. (Koury, j. (2000) Acuaterapia. Guía de rehabilitación y fisioterapia en la piscina, Bellatera)

Sin embargo, el agua proporciona más beneficios que los descritos anteriormente, ya que también favorece la relajación, mejora la atención, estimula el sistema respiratorio, mejora la postura, trabaja el equilibrio y ayuda a la propiocepción. Además, si se realiza en grupo, ayuda al trabajo en equipo, mejora la sociabilización y ayuda en la terapia del lenguaje favoreciendo la comunicación.

Por esto, dentro de la fisioterapia pediátrica, la acuaterapia se está imponiendo como una técnica de rehabilitación y estimulación para niños que presentan problemas en su desarrollo, ya sea por retraso evolutivo o por patología genética o neurológica. Las patologías más frecuentes susceptibles de esta intervención son la Parálisis Cerebral Infantil, el síndrome de Down, la Espina Bífida, las distrofias musculares, las secuelas de accidentes cerebrovasculares infantiles o traumatismos craneoencefálicos, así como los déficits perceptivo - motores como el déficit visual, o las patologías que cursan con hiperactividad o falta atencional. Como ya hemos explicado anteriormente, la flotabilidad es la característica principal por la cual el agua se ha convertido en el medio elegido para el trabajo del niño con problema motor. Dentro del agua, nos deshacemos de las prótesis, de las ayudas para la marcha y sobre todo del factor "gravedad". Los niños con espasticidad (patología por la que el tono muscular se encuentra excesivamente alto) , y que prácticamente no pueden moverse por sí mismos en el suelo , al liberarse de su peso corporal se relajan gracias al sostén producido por el agua y al descenso del tono producido por la temperatura de la misma. En ese momento, comienzan a realizar movimientos voluntarios más amplios que permiten al equipo de especialistas de la UDIAT corregir los patrones reflejos anormales más fácilmente.

En patologías que cursan con hipotonía (bajo tono muscular), como por ejemplo en Síndrome de Down, el trabajo en el agua cambia de forma radical. En este caso buscamos la potenciación muscular global. El agua nos ayuda, de una forma divertida, a desarrollar y potenciar la musculatura, ayuda al control respiratorio (mediante el trabajo de apnea o soplo) favoreciendo así el correcto desarrollo del sistema respiratorio y contribuyendo de manera positiva al posterior trabajo del logopeda en la terapia del lenguaje.

La propiocepción, definida como la capacidad que posee nuestro cuerpo de detectar el movimiento y posición de las articulaciones, es vital para el desarrollo motor de cualquier niño pero más aún, si cabe, en el desarrollo de un niño ciego o con baja visión. Es frecuente que estos niños adquieran de forma más tardía el gateo o la marcha, ya que, al carecer o estar muy restringido uno de los sentidos principales de recogida de información del entorno, el miedo y la cautela hacen que sean más cuidadosos a la hora de realizar cualquier movimiento. En un entorno acuático, puede procesar la sensación táctil que le produce el agua en todo su cuerpo como medio de información para "ubicar" su posición de forma adecuada. Trabajamos así el esquema corporal y el sistema vestibular, que en ausencia del sentido de la vista, es el encargado de regular el equilibrio y el movimiento transmitiendo la información a través de estructuras ubicadas en el oído medio. Todo ello facilita el trabajo de psicomotricidad y mejora la orientación espacial indispensable para desenvolverse en su vida diaria.

En la Unidad de Desarrollo Infantil y Atención Temprana (UDIAT) del Hospital Vithas Virgen del Mar contamos con un programa de Acuaterapia impartido por un fisioterapeuta pediátrico, en el que trabajamos las diversas patologías que interfieren en el adecuado desarrollo del menor.

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