La tribuna

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Ora la espada, ora la pluma

EL 17 de enero de 1600 venía a este mundo en Madrid D. Pedro Calderón de la Barca y Barreda González de Henao Ruiz de Blasco y Riaño, dramaturgo genial, una de las cumbres del teatro universal, pero también Caballero de la Orden de Santiago y Soldado de España.

Entre 1623 y 1625 estuvo en Flandes y el norte de Italia; su paso por Flandes y el origen flamenco de su madre, doña María Ana Henao, quedó plasmado en los personajes flamencos que aparecen en sus dramas. Se distinguió como soldado al servicio del Duque del Infantado durante el sitio de Fuenterrabía (1638), y en la guerra de secesión de Cataluña (1640). De su vocación militar guardó siempre un buen recuerdo, plasmando todas estas experiencias en el argumento de sus obras protagonizadas por soldados.

En su Comedia Para vencer a amor, querer vencerle, los versos en el acto 2º a cargo del protagonista Don César expresan lo que para Calderón la milicia encierra y las virtudes que adornan al soldado: "…Aquí la más principal hazaña es obedecer, y el modo cómo ha de ser es ni pedir ni rehusar. Aquí, en fin, la cortesía, el buen trato, la verdad, la firmeza, la lealtad, el honor, la bizarría, el crédito, la opinión, la constancia, la paciencia, la humildad y la obediencia, fama, honor y vida son caudal de pobres soldados; que, en buena o mala fortuna, la milicia no es más que una religión de hombres honrados".

Tampoco podemos olvidarnos de su Comedia El Sitio de Breda o los versos procedentes de su drama "En la vida todo es verdad y todo mentira" en los que se exalta el significado de las armas como servicio.

De El Sitio de Breda, Jornada 1ª: "Estos son Españoles. Ahora puedo hablar, encareciendo estos Soldados, y sin temor; pues sufren a pie quedo con un semblante bien o mal pagados. Nunca la sombra vil vieron del miedo, y aunque soberbios son, son reportados. Todo lo sufren en cualquier asalto, sólo no sufren que les hablen alto".

No fue el único de la familia que sirvió en el Ejército, José, su hermano menor, siguió la carrera de las armas alcanzando el grado de Maestre de Campo General (hoy General de Brigada) y cayendo heroicamente en junio de 1645 defendiendo con unos centenares de hombres el paso del Segre a la altura del puente de Camarasa (Lérida) ante el ataque del Ejército Francés. Pocos Ejércitos pueden enorgullecerse como el español de haber contado en sus filas con creadores literarios de la talla de Calderón de la Barca, pero también de Cervantes, Lope de Vega, Garcilaso de la Vega o Baltasar Gracián entre otros.

Calderón de la Barca encarna el vínculo entre las armas y las letras que en algún momento algunos han pretendido enfrentar, entendiendo por armas lo relativo al arte de la guerra y la milicia, representado por la espada, y por letras la cultura en general, representado por la pluma. Miguel de Cervantes hará referencia explícita a las armas y las letras en su obra El Quijote, tanto en el capítulo XXXVIII de la 1ª parte como en el XXIV de la 2ª parte, donde en este último capítulo el Quijote le dice a un joven que va a alistarse al Ejército: "…que, puesto que han fundado más mayorazgos las letras que las armas, todavía llevan un no sé qué los de las armas a los de las letras, con un sí sé qué de esplendor que se halla en ellos, que los aventaja a todos."

Ejemplo actual de ora la espada, ora la pluma lo tenemos en el General de la Guardia Civil y poeta Juan Carlos Rodríguez Búrdalo, vinculado a Almería por lazos familiares, que presentó recientemente en el salón de actos del Instituto de Estudios Almerienses su última obra "Bóveda y Estribo", con la intervención de los poetas Domingo Nicolás y Julio Alfredo Egea; pero también como él podríamos hablar del General Auditor Miguel Sáenz, que aúna el ser militar, jurista, filólogo, políglota y académico de la Real Academia Española, o de civiles como el también académico D. Arturo Pérez-Reverte que a través de la saga del Capitán Alatriste ha popularizado hechos históricos de los Tercios Españoles, sin olvidar al nobel y académico Camilo José Cela con su poema A pie y sin dinero donde ensalza a la Infantería Española, y que precisamente también un 17 de enero pero de 2002 dejaba este mundo. Espada y Pluma, dos facetas tan distintas, pero presentes en las vidas de literatos de la talla de los citados. "Letras no embotan la lanza; al contrario, la realzan".

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