Escuadra de mago

nico / garcía

Once con once

LA pasada semana visité Marruecos, con motivo del viaje de fin de carrera. La idea inicial era ir a algún lugar, a priori, más exótico, como alguna playa de Punta Cana (tampoco creo que difieran mucho de las de Cabo de Gata), pero la situación económica estudiantil hizo que eligiésemos lo más barato. Y acertamos. Marruecos se trata de un lugar mágico, un país de contrastes, impresionante. Al lado de España, barato y desconocido por muchos, que prefieren los tópicos en vez del ir, escuchar, ver y opinar. La plaza de Marrakech, la mezquita de Casablanca o la medina de Fez son sitios que nadie se puede perder. Mención aparte merece la última. Viajas un milenio atrás.

En dicha medina, entre peluqueros o dentistas que hacían su trabajo en plena calle, me di cuenta de que el fútbol es universal. Ya no sólo por los cientos de productos deportivos que vendían, sino por la felicidad que da una pelota. Con unas sandalias rotas, con una cara de pasar hambre, pero con una sonrisa de oreja a oreja, unos chavales se divertían pegando patadas a un balón en plena calle. En Marrakech volví a corroborar que el fútbol es universal. En unos puestecillos de una callejuela de mala muerte, había una tele antigua y sucia. Se veía la Europa League. Para ellos el fútbol es una fiesta. En una parafarmacia, un marroquí me preguntó que qué significaba el Indalo. Después me explicó que conocía a la UD Almería, "su segundo equipo". Alucinante. El fútbol no es el opio del pueblo, ni 22 tontos dándole patadas a un balón, sino algo muy grande, capaz de unir a pueblos tan diferentes. No se trata de once contra once, sino de once con once.

PD: Un saludo a mis amigos Nasser y Hashem, dos bereberes de siete años que tienen que ganarse la vida vendiendo colgantes, sin poder jugar ni ir al colegio. Y aquí nos quejamos por tonterías...

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios