Escuadra de Mago

Nico García

Palo histórico

DOCUMENTARSE sobre la historia es maravilloso. Leer, ver fotografías o documentales vale para hacerse una idea sobre qué ocurrió en un determinado momento. Pero presenciar algo en vivo sirve para que te construyas tú mismo la idea, a diferencia de lo primero, en el que el narrador es otro. Estoy leyendo por enésima vez el libro Relatos Rojiblancos de Ángel Acién y es emocionante ver las crónicas sobre la antigua Unión Deportiva Almería o el Motoaznar en publicaciones de la época. O artículos sobre Di Stefano con motivo de su reciente fallecimiento. Pero siempre me queda el anhelo de poder haber vivido el inicio del fútbol en Almería, así como los partidos del mejor jugador de la historia de Argentina. En la actualidad también se producen hechos que formarán parte de la historia cuando pasen los años. Como el primer Mundial o la segunda y terceraEurocopa. O, sin ir más lejos, el Mineiralazo del martes. Fue brutal. 0-5 a la media hora de juego. 1-7 al final y porque Alemania no quiso hacer más sangre en el débil equipo brasileño. El resultado sorprende porque en el fútbol actual es difícil que se produzcan resultados tan abultados. Eso sí, si se comparan individualmente los jugadores de uno y otro conjunto y su funcionamiento como equipo, la diferencia entre Brasil y Alemania es más que palpable. Pero un 1-7 siempre sorprende. Y que sea en un Mundial, más aún. Y en semis... Y con Brasil de protagonista... Y en su Mundial... Las circunstancias que envolvían al encuentro y el espectáculo desarrollado en él (impresionante partido de Alemania que tapa el mediocre juego desarrollado por todos en el Mundial, aunque César Vargas piense lo contrario) convierten este Brasil 1-7 Alemania en un duelo que se plasmará en libros por ser uno de los partidos más importantes de la historia del fútbol y posiblemente el peor para Brasil, incluso por delante del Maracanazo.

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