La Buhardilla

Manuel Lucas Matheu

Un mal montaje

HOLA doctor, aquí le traigo a éste, que es un inútil sexual - qué le ocurre?. Él calla. Ella: lo que ocurre es que yo no tengo orgasmos. Era ella la que no tenía orgasmos, pero daba por supuesto que el inútil era él. Le pedí a ella que me hiciera una lista con las cosas que le gustaban de él. La trajo vacía. Le dije que yo era sexólogo pero no mago y que tampoco lo era el presunto inútil. Este episodio real, ocurrido hace muchos años en mi consulta, respondía a un esquema de relación sexual en el que la sexualidad ha sido desmembrada y reducida a un hecho fundamentalmente genital. En este esquema el coito ocupa casi la totalidad de un escenario en el cual, el pene erecto es el personaje principal. En las culturas con este esquema suelen coincidir planteamientos machistas unidos a una moral sexual restrictiva. Pero, además, en la nuestra, al menos desde hace medio siglo, el varón asumió la responsabilidad y la obligación de producir placer en la pareja. Algunas frases conocidas enfatizan este protagonismo masculino. "No hay mujer frígida sino hombre inexperto" ''La mujer es una guitarra a la que hay que saber tocar". Y, además, la guitarra ha de sonar bien. Es decir, que la mujer también se siente obligada a responder en forma de orgasmos.

Todo esto supone la asunción de un esquema de relaciones sexuales genitalizado, falocrático, productivista y gimnástico. Genitalizado porque está centrado en el coito y por tanto en los genitales. Falocrático porque si el pene no funciona la relación sexual fracasa. Productivista porque se exigen resultados. Gimnástico porque la comunicación y el encuentro, están sustituidos por un esfuerzo físico y mental encaminado a controlar de forma obsesiva la eyaculación por parte del hombre y la consecución a toda costa del orgasmo por parte de la mujer. Este esquema, con matices en las relaciones homosexuales, tiene variaciones y muchas excepciones, pero, en líneas generales, es el esquema más frecuente. La ansiedad de rendimiento es la principal consecuencia de este modelo de relación sexual, con metas, exámenes y calificaciones. Disfunciones, miedos, frustraciones, orgasmos simulados, aburrimiento, conductas de evitación, son una parte de los problemas, que esta ansiedad, a veces produce. Cansancio, dolores de cabeza, sueño, etc., son excusas que con frecuencia se buscan para no afrontar un encuentro que lo tiene todo menos sexualidad, es decir, todo menos comunicación.

Otro día hablaremos de las alternativas a este mal "montaje"

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