La tribuna

José Miguel García Torres

Desigualdad educativa

SI bien es cierto que algunos autores estiman en torno a la treintena los factores que influyen en la calidad de la enseñanza, de manera muy simplificada podemos considerar que los pilares básicos para estructurar con solvencia un sistema educativo son cuatro: igualdad, exigencia, control de calidad y transparencia. Aunque la LOMCE introduce variantes claramente positivas con respecto a leyes anteriores (LOE/LODE), deja mal hilvanados no pocos aspectos relevantes relacionados con los citados pilares fundamentales.

La transferencia de las competencias en educación a las comunidades autónomas ha generado claras situaciones de desigualdad, inconcebibles en las naciones de nuestro entorno. Ante la pasividad crónica de los gobernantes de máximo nivel, tanto del PP como del PSOE, ha ido enquistándose una situación inadmisible, como es la exclusión del español en algunos territorios del Reino de España, provocando que miles de alumnos no puedan estudiar todas las asignaturas, o al menos la mayor parte de ellas, en la lengua oficial del Estado. ¿Alguien se cree que con dos o tres horas semanales de lengua española se adquiere un buen nivel? Ante tal restricción educativa, las familias afectadas tienen como única salida pleitear en los tribunales o que sus hijos queden señalados en las aulas por requerir "atención individualizada".

Cualquier alumno de Francia tiene pleno derecho a estudiar en francés sea cual fuere su lugar de residencia, incluyendo todos los centros educativos de los Pirineos Atlánticos y los Orientales, departamentos que los separatistas integran, respectivamente, en Iparralde y Cataluña Norte. En Francia no se permite la aplicación de inmersiones lingüísticas por parte de los nacionalistas, ya sean vascos, catalanes, corsos o bretones.

Por añadidura, la discriminación lingüística del español dentro de España impide que el profesorado, globalmente considerado, pueda ejercer su magisterio, mediante el correspondiente concurso de traslados, en cualquier provincia de su elección. Los docentes españoles no tienen los mismos derechos que los de Francia, Alemania, etc., en lo que respecta a movilidad geográfica profesional dentro del correspondiente territorio nacional. Esto es algo inadmisible y está claro que son los gobernantes con capacidad de actuar quienes tienen toda la responsabilidad. En las naciones serias no se permite que políticos de tres al cuarto, subdemocráticos y separatistas, discriminen la lengua oficial del Estado ni cuestionen la unidad nacional mediante la convocatoria de referendos anticonstitucionales.

Además, el pasotismo de los gobernantes españoles ha regalado a los nacionalistas la facultad de adoctrinar al alumnado desde la edad preescolar. En las provincias vascas se utilizan libros de texto con mapas en los que Navarra figura incluida en "Euskal Herria". En las catalanas se usan libros que tratan sobre la ahistórica confederación catalano-aragonesa (Cataluña era una agrupación de condados englobados en la Corona de Aragón). Mientras en Francia o Alemania se estudia la misma historia en los respectivos centros escolares, en España sigue sin abordarse algo tan elemental como que los libros de texto con contenidos históricos estén visados por la Real Academia de la Historia. Un mismo examen puede obtener la calificación de aprobado o de suspenso, según sea corregido en centros radicados en autonomías regidas por nacionalistas o en el resto de España. Esta situación tan disparatada no tiene parangón en las naciones serias.

También hay desigualdad en la Selectividad. La fase general consta de 4 ejercicios, pero en las autonomías con lengua cooficial son 5. Esta variación debería ser siempre opcional, pues las familias que por motivos laborales u otros se trasladen, por ejemplo, de Andalucía o Galicia a Valencia, si tienen hijos cursando el Bachillerato, éstos sufrirán obligatoriamente un examen de lengua valenciana, penalizando la nota global y el subsiguiente acceso universitario. Si dicha nota no es muy alta y se quiere estudiar, por ejemplo, Medicina, hay que buscar las facultades menos exigentes en la puntuación de acceso. En Gerona, los jóvenes andaluces, canarios, etc., podrán oír durante las clases las explicaciones en catalán y tendrán que conseguir los apuntes traducidos al español, lengua oficial que no pocos profesores omitirán incluso en los enunciados de las preguntas de examen. En resumen: el desmadre autonómico español y la actitud pasota de los gobernantes estatales ha generado situaciones de desigualdad educativa inconcebibles en otras naciones de nuestro entorno.

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