Tinta de Calidad

CÉSAR VARGAS

Que se quiera aunque no se pueda

HE de admitir que ante el Rayo me asusté. La primera media hora del equipo me recordó al Almería de Francisco o de JIM. Se vio un conjunto indolente y sin ideas de juego. Características que llevan repitiéndose toda una temporada, salvo en partidos concretos. Parecía que volvían a las andadas. El resultado fue encajar un gol del que el equipo no logró reponerse. Pese a ello, el Almería fue a más y, sobre todo en la segunda parte, dominó a los de Jémez, ofreció intensidad y quiso proponer cosas para igualar el marcador. Esta imagen es la que hay que exigir a los rojiblancos. Ni Francisco, ni JIM, ni Sergi tienen la culpa de la escasísima calidad que tiene este plantel de centro del campo para atrás. Tampoco un entrenador puede hacer que un jugador meta gol. Sí puede ayudarle a crear situaciones para que este tanto llegue, pero la efectividad es algo que depende del delantero. Es imperdonable que tirasen a la basura media hora en un partido tan trascendental, sí, pero más lo hubiera sido que no hubiese habido reacción tras el gol de Amaya. Cierto es que delante había un rival que venía de encajar seis goles en Balaídos, por lo que, por orgullo, no podía permitirse otro tropiezo. Menos aún en casa ante uno de los peores equipos del campeonato, por lo que la primera hora de dominio rayista no puede achacarse solamente a un demérito visitante. Sergi se vio desquiciado en todo momento, pidiendo a los suyos más garra y mejor fútbol. El técnico dejó claras sus intenciones al quitar a Dubarbier -sale a amarilla por partido- y meter a Hemed. Quería el empate. 'Qué menos', pensarán ustedes, pero es que llegó a haber momentos, con sus decisiones incomprensibles, en los que uno se cuestionaba si JIM de verdad tenía ganas de vencer. El Almería de la última hora de Vallecas es el que debe verse cada fin de semana. Las cosas pueden salir bien o mal, pero el esfuerzo y el tener una idea de juego son innegociables. Si se pierde, que sea porque el equipo no da más de sí. Ahora al menos se ve voluntad.

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