RESULTA complicado lanzar un mensaje alentador con la situación actual en la que está inmersa la UD Almería. El fútbol no solo está siendo cruel con los rojiblancos en la clasificación, sino también en las formas. Ante el Sevilla, los de Sergi volvieron a sorprender gratamente, sobre todo en la primera mitad, con un planteamiento ofensivo. Sin embargo, con lo más difícil hecho y con los aficionados almerienses relamiéndose pensando en una fiesta ante el Valencia el sábado, llegó una remontada sevillista que hundió física y anímicamente a los visitantes. Si en el primer gol es Dos Santos el que comete un fallo garrafal e inconcebible para un jugador de Primera, en el segundo es Dubarbier quien se vence con una facilidad asombrosa ante la bicicleta de Aspas. Por supuesto, no se trata de señalar a nadie sobre el césped, puesto que la culpa de que jugadores de semejante nivel estén en el club la tiene el mismo presidente que, tirando piedras contra su propio tejado, admitió al final del partido que muchos de sus futbolistas no dan la talla en esta categoría. Con una inversión mayor de Alfonso García el equipo se habría salvado. No era necesario tener mucho más en una temporada tan paupérrima de los de abajo. Ahora solo queda rezar, y no por los rivales directos. Primero, el Almería debe ganar su partido. No queda otra. El Mediterráneo debe reventar para recibir a un Valencia que se juega la vida en tierras andaluzas. La victoria es tan complicada como vital, por lo que no se entendería que los de Sergi no salieran a morder a su rival. A partir de ahí, solo quedará esperar que la suerte nos acompañe en otros estadios. El Eibar ganará, pero Depor y Granada no las tienen todas consigo. Resultaría muy frustrante que ambos tropezaran en el momento cumbre del año y el Almería no fuese capaz de ganar al Valencia. Por no llegar a 35 puntos a estas alturas de campeonato, merecen bajar los cuatro implicados. Pero solo lo harán dos, y si el Almería cae, que sea ganando. Aunque una vez conseguidos esos tres puntos la salvación sea más factible de lo que parece.