La Escuadra de Mago

Nico García

La baza de la sorpresa

EN el ejercicio 07-08 el que suscribe estaba en el cadete A de Los Ángeles. 26 victorias y dos empates en 30 jornadas suponían el ascenso a Primera Andaluza, aunque una artimaña de la UDA en los despachos nos privó de ello. Era un equipazo, conjuntado y con futbolistas de características muy diferentes. Entre ellos, Dani Expósito, el jugador con más calidad que he visto en el fútbol canterano.

El míster era Jorge Garcés, ahora técnico del Poli Almería. Recuerdo las charlas tácticas. Movimientos con balón de este jugador, sin balón del otro... Hasta que le preguntaban a Dani, con la mirada en cualquier otro sitio menos en la pizarra, si lo había entendido. "Yo cojo el balón aquí [línea de tres cuartos] y me voy de uno, de dos, de tres, tiro y gol", aseveraba siempre. Lo peor es que después lo hacía en el verde.

Un entrenador pretende tener dominadas las máximas variables posibles. Pero nunca viene mal un jugador de este tipo si sabes controlarlo. Dani era un '9' puro, un ratón en el área. También están los Falque, Suso o, salvando también las distancias, Pozo. Tipos sin un gran físico, teóricos mediapuntas, pero que parten desde la banda -a pierna contraria- para trazar la diagonal y tener opción de disparo, pared o pase al hueco en una zona en la que su don de tener domado el esférico puede ser tan letal como el mordisco de una víbora.

Sin balón quizás sufren al no tener las propiedades de un interior al uso, puede que por eso esta clase de jugador no se adueñe de un puesto. Con Falque y Suso en escuadras punteras del Calcio, ahora le toca a Pozo hacerse importante. Él solo no va a ser capaz de sacar a la UDA del pozo. Pero será más fácil si es capaz de echarse al equipo a las espaldas como hizo en el segundo acto ante el Valladolid. Para eso necesita más de los exiguos 133 minutos que ha tenido en estas once jornadas.

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