Fran Murcia

La videncia, a debate en la novela de Rubén Sánchez

'Hadas con tacones afilados' es el título de la primera publicación del almeriense

La videncia y esas personas que noche tras noche aparecen en las pantallas de televisión con una carta de tarot, y la acción de una novela policíaca es parte de los ingredientes de la primera obra de Rubén Sánchez, Hadas con tacones afilados.

El jueves, 19 de noviembre, a las 19:30 horas en el Museo de la Guitarra, lo presentará junto al escritor almeriense Bruno Nievas. La presentación en Valencia (ciudad en la que reside actualmente) fue de la mano del periodista Manuel Marlasca: "Fue un éxito. Espero que se repita en mi ciudad natal, pero en cualquier caso será para mí una ocasión emotiva y especial", asegura el autor.

La novela está editada por Círculo Rojo, tiene unas 460 páginas y se vende a un precio de 15 euros. "La novela puede conseguirse, aquí en Almería, en las librerías Picasso; también en otras librerías de distintas ciudades, en la Casa del Libro, la FNAC y, por supuesto, en Amazon. También es posible adquirirla a través de mi web personal www.rudosafer.com".

El escritor apunta cómo surge la idea de escribir esta publicación: "Siempre hay historias que rondan en mi cabeza. Supongo que cada una de ellas tiene su momento para ser escrita. En el caso de esta novela no es una, sino varias tramas relacionadas. Sus protagonistas sufren diversos conflictos, viéndose envueltos en un mundo de deslealtades y engaños que afectan a sus relaciones personales y profesionales. Todo ello en el curso de una investigación policial donde la idea principal es la confrontación entre la ciencia y la pseudociencia, materializada en el desafío al que un asesino en serie somete en directo a un presentador de un programa nocturno de videncia".

Sánchez explica el título de la obra: "Las hadas nos recuerdan siempre a seres bondadosos, lo cual choca con la idea de que puedan utilizar tacones afilados, que sugiere algo agresivo. De modo que el título en sí es una metáfora que condensa el espíritu de la novela, y que el lector comprenderá cuando llegue al final: nada es lo que parece". Para su primera novela, el escritor ha querido contar lo que es "una historia policial protagonizada por gente corriente, como la que nos cruzamos a diario en el ascensor o en los pasillos de la oficina. Ni buenos ni malos perfectos. La diferencia estriba en que los personajes se ven arrastrados por una serie de circunstancias que les pondrán a prueba. No hay fantasía en esta novela; sí situaciones extremas que en un determinado momento podrían pasarnos a cualquiera de nosotros".

Para el novelista, la videncia es parte importante de su obra y la pone a debate en su obra: "Soy escéptico hasta la náusea. Todo lo paso por el tamiz de la lógica, y me apetecía sostener sobre las páginas el debate que por desgracia y a día de hoy no he mantenido con uno de esos tipos que se coloca frente a una pantalla cada madrugada a jugar con los temores, las esperanzas (y el dinero, no lo olvidemos) de miles de personas. Me pareció un buen andamiaje sobre el que sostener una novela".

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