NO desagradó el Almería el domingo, sobre todo en defensa, con unos espectaculares Ximo y Morcillo. El granadino es uno de los mejores zagueros de la categoría. Y, ante tanta baja y al no contar con Marín, el parche de Iago en el lateral no es malo, aunque tenga que mejorar mucho con los centros. Pero la manta sigue siendo corta. Una vez que la defensa funciona en condiciones, falla el ataque. La desaparición de Cristian y el estado de Chuli hacen que Quique parta desde la lanza en las últimas jornadas. Por sus características, no es un delantero centro puro, pero a él poco se le puede achacar. Media docena de goles y ser uno de los mejores en la primera vuelta le eximen de culpa.

A falta de resolver los problemas de ataque (no es asunto leve), el Almería es otro con Gorosito. Lo primero que hizo fue insuflar ilusión. Otros pasos han sido perfilar más o menos un once tipo en el que las modificaciones son mínimas, aparte de las obligadas por contratiempo. El que fue un paso de gigante fue la victoria ante la Llagostera porque, aunque los catalanes dejasen mucho que desear, los tres puntos fueron fundamentales para empezar a pensar en positivo.

Además, ahora el Almería compite. Eso de competir es una tontería si va solo. En alevines el resultado es lo de menos, siendo el progreso de los conceptos tácticos-técnicos-psicológicos lo más importante. En fútbol profesional el resultado es prácticamente todo. Pero uno no pasa del estado de deambular por el campo a la victoria ante rivales duros en un día. Hay un paso intermedio: el de competir. El Almería ya está en ese. Ahora falta que la mejoría se plasme en una cantidad importante de puntos en poco tiempo. Porque hacen falta. Con 18 puntos, se antojan necesarios más de una treintena para la salvación.

P.D.: Un organizador -no lo hay a pesar de que haya más jugadores que fichas- es clave.