PESE a los brutales recortes que el Gobierno central ha aplicado en los últimos años por la vía de la reducción de la financiación, en Andalucía seguimos contando con un sistema educativo público de calidad, gracias al ingente esfuerzo que ha realizado la Junta de Andalucía. Para que se hagan una idea de la dureza del ataque a la educación pública que ha perpetrado el PP en su última etapa de gobierno, quizá baste recordar que entre 2010 y 2015 la inversión del Estado en educación pública cayó 10 puntos, pasando del 4,9% del PIB a sólo el 3,9. Añadiré que para encontrar una cifra de inversión en educación peor que la actual, habría que remontarse a 1987.

También fue idea del Gobierno central aumentar la ratio de alumnos por profesor en un 20%. Esta medida habría supuesto el despido masivo de profesores. Sólo en Andalucía se habrían tenido que ir al paro en torno a 3.500 profesores, algo que la Junta evitó al desoír las instrucciones de Madrid. Todo es mejorable, pero nadie puede negar que los socialistas siempre hemos nos hemos colocado del lado de las personas.

Por eso, por ejemplo, la Junta ha decidido mantener este año la misma plantilla docente que el curso anterior, pese a que, por cuestiones demográficas, el número de alumnos se ha reducido. En cuanto a los interinos, el año pasado se contrataron 13.000 y este año no van a ser menos.

Además del esfuerzo para proteger a los docentes, la Junta de Andalucía también sigue tomando medidas para apoyar a las familias que menos recursos tienen, garantizando de este modo la igualdad de los niños en el acceso a la educación. El servicio de comedor, por ejemplo, que este año llegará a más de 182.000 niños, es gratuito para el 50% de las familias y está bonificado en otro 30% de los casos. También siguen siendo gratuitos el transporte escolar y los libros de texto, algo que en otras comunidades autónomas es impensable. Junto a estas medidas, este año, como novedad, el Gobierno andaluz ha decidido adelantar el pago de las becas de enero a septiembre, lo que ha permitido que 12.000 alumnos hayan cobrado ya su beca. En definitiva, la merma del dinero que ha repartido el Estado para educación se ha sentido con especial crudeza en Andalucía y, a pesar de ello, la Junta sigue manteniendo un sistema educativo público fuerte. Todo es mejorable, pero cuando se hace un gran esfuerzo, es de justicia reconocerlo.

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