La Escuadra de Mago

Nico García

Diecinueve bares

DIECINUEVE establecimientos. Y la lista hubiera podido ser mayor en el caso de que al que suscribe no se le hubiese agotado la paciencia. O hubiera seguido en sus mundos de Yupi pensando el pasado miércoles por la noche que algún bar iba a echar el UCAM-Almería. Empresarialmente se puede entender que tira más un Barcelona-Atlético. Pero resulta cuando menos curioso que de un número tan elevado de establecimientos ninguno ofreciese a sus clientes la posibilidad de ver el partido del equipo representativo de la provincia (muchos camareros desconocían incluso la existencia del choque en La Condomina). Sólo se trata de pensar, ese verbo que tanto se olvida en este mundo tan de actuar. Pensar, por ejemplo, en ofrecer ambos encuentros, considerando que la mayoría de estos locales disponen de más de un televisor. Defiendo la libertad de expresión, puede gustarte más de un equipo. Si un almeriense quiere celebrar un tanto del Real Madrid, del Barcelona o del Atlético que lo haga, incluso si es al Almería (no es mi caso). Que cada uno anime al equipo que desee. Fácil de entender, máxime con las circunstancias en el sudeste peninsular, con desapariciones y cambios de denominación constantes. Eso sí, sería interesante un mayor esfuerzo en cuanto a cultura deportiva. Y eso que la mejora es real. Los números indican un crecimiento brutal en el Mediterráneo en los últimos años. De los 5.857'1 espectadores por partido de media en la 04-05 se ha pasado a 10.000 abonados en una década. El siguiente paso es poder ver a la UDA en el bar aunque juegue el Barcelona. ¿Que no ayuda el club con decisiones erróneas, incluso surrealistas, en diversos aspectos? Claro, pero no es excusa. Porque por aquí pulula uno de los mejores equipos europeos de voleibol y el Moisés Ruiz sólo se llena en las finales.

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