OTRO año más, desgraciadamente. Otra manifestación más, desgraciadamente. Es lícito manifestar cierta desgana y desesperanza en torno al 25 de Noviembre, y es que empiezo a soñar con el día en el que no tenga sentido celebrar esta fecha del calendario de los horrores. Porque la palabra "manifestación" debe dar paso a la palabra "implicación", que ahora mismo está secuestrada por la palabra "cooperación". Y es que el hombre se acerca a la violencia de género desde el lado solidario, desde la cooperación, sin percibir, quizás, que es desde la más intrínseca implicación desde donde hay que atajar el problema.

Nunca antes habíamos tenido un gobierno más sensible a esta cuestión; nunca antes nos habíamos armado con la legitimidad que nos dan dos leyes como la Ley de Igualdad y la Ley Integral contra la Violencia de Género. Sin embargo, somos las propias mujeres las que analizamos una vez más un problema que realmente tienen los hombres.

Quiero insistir tajantemente: la violencia de género es un problema masculino, un problema que no originamos las mujeres pero que sí sufrimos. Es un problema de dominación patriarcal, de ahí que nosotras debamos preocuparnos de cómo dejar de sufrirlo, al tiempo que aun no se escuchan muchas voces masculinas que requieran soluciones para eliminar esas larvas mentales que tanto los violenta.

Existe un machismo mayor, feroz, que se expresa en los asesinatos indignantes y deleznables que acaban con la vida de las mujeres. Sin embargo, existe un machismo menor, latente y perpetuo en la sociedad, muy sutil pero mucho más peligroso, que engendra y perpetúa esa desigualdad que será madre y padre de futuros actos violentos contra las mujeres.

¿Qué podemos hacer más nosotras? La violencia de género es un problema de Estado, es un problema social, entonces ¿por qué sólo se conmueve y moviliza la población femenina? ¿Por qué son excepciones estos hombres que tienen la valentía de acudir a estos actos y denunciar públicamente su repulsa hacia la violencia machista? ¿Requerirá tiempo, mucho tiempo, conseguir esta implicación por parte de los hombres?

Hasta ahora, sólo conozco unos pocos colectivos de hombres por la igualdad que son dignos de ejemplo y agradecimiento, no sólo por ser los primeros, sino por estar realizando una labor tan loable como la puesta en marcha por la "Red de Hombres por la Igualdad Heterodoxia" y algunas iniciativas extremadamente necesarias de Roquetas de Mar y Olula del Río. Ellos si parece que han entendido lo que significa el término "implicación".