Reflexiones

Pedro Molina Rector De La UAL

El plan Bolonia

A punto de finalizar el año asistimos a una vorágine de noticias confusas sobre el mal llamado 'Plan Bolonia', que me obliga a hacer una reflexión sobre aspectos que se están pasando por alto en la discusión de este asunto. Ya lo apuntaba la Ministra de Innovación, Cristina Garmendia, en la reunión del Consejo de Universidades: que el verdadero espíritu de Bolonia, el significado real del Espacio Europeo de Educación Superior, es la apuesta de Europa por avanzar en su unión en términos de enseñanza universitaria. Un proceso de gran envergadura en el que participamos ya 46 países y que debe ser el reflejo de una Europa del Conocimiento en el que el papel de las Universidades sea clave y definitivo.

Lo primero que he de señalar es que el 'Plan Bolonia' no es un convenio con unas reglas del juego establecidas por otros que se nos trate de imponer ahora, y a toda prisa, desde las altas instancias europeas.

Se trata, por el contrario, de compromisos que los países que estamos inmersos en este proceso fuimos aceptando poco a poco, compromisos que se concretaron con el paso del tiempo y que se han terminado materializando en una hoja de ruta que regirá los designios de nuestra enseñanza superior a corto, medio y largo plazo. El 'Plan Bolonia' no es, ni más ni menos, que la adaptación de la Universidad a los profundos cambios sociales que se han producido en nuestro entorno en los últimos veinte o treinta años.

Ha sido también -lo sigue siendo- un proceso altamente participativo, en el que se han tenido en cuenta las opiniones de los distintos Gobiernos, de las universidades, de los estudiantes, de las organizaciones sindicales y empresariales. Se quiso desde el principio que 'Bolonia' fuera sinónimo de diversidad y creo sinceramente que ese espíritu ha conseguido plasmarse en las estrategias que marcarán la vida universitaria a partir del año 2010.

Sin embargo, llegar a este punto no ha sido nada sencillo. Nuestro sistema universitario -que arrastraba rémoras del pasado de las que estaban exentos los países vecinos- ha tenido que correr mucho para superar obstáculos técnicos, de trabajo y de tiempo. Incluso, también, de difusión y de información sobre lo que, realmente, encierra esta palabra, 'Bolonia'.

Un plan que es, en realidad, un nuevo modelo basado en una mayor autonomía universitaria y que deja en manos de estas instituciones la propuesta de sus títulos y el diseño de sus planes de estudio. Un modelo flexible que facilitará la conexión entre las ramas de conocimiento y que se adaptará a las necesidades profesionales que ya nos demanda el futuro.

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