HACE tres años viví cerca de Legazpi en Madrid, lugar donde crecieron figuras del cine español como Toni Leblanc y un barrio en el que ahora conviven no sólo los madrileños sino también ciudadanos de distintas nacionalidades de Asia y Latinoamérica. Buenas gentes que llegaron a este país en busca de una vida digna. En estos días inciertos, se cumplen tres años de la muerte de Carlos Palomino, apuñalado en el Metro de Legazpi por un joven neonazi. Todos recordamos aquellas terribles imágenes emitidas en los noticiarios de TV. Cómo la vida de Carlos era sesgada en la pulsión brutal de un golpe de cuchillo. Por suerte, el asesino ya ha sido juzgado, y Carlos vivirá en nuestra memoria como símbolo de la lucha antifascista. Dijo Mario Benedetti, que es uruguayo, que el olvido está lleno de memoria. Nuestra obligación será no olvidarle y recordarle como símbolo de la igualdad y la libertad.

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