días rojos

Manuel Cuesta / Vivir@elalmeria.es

La noche anterior

VUELVES sano y salvo después de las vacaciones de Semana Santa y te reencuentras con tu casa. Abres la nevera y los pocos alimentos que hay parecen mirarte sorprendidos: Un brik de leche, una botella de vino de la última celebración, un par de yogures caducados, un calabacín… Deshaces la maleta y echas la ropa sucia a la lavadora. Esa noche eres extraño en tu propia casa, en tu propia cama, y te cuesta coger el sueño sabiendo que al día siguiente te enfrentas de nuevo a la lucha. Miras el reloj: las dos, las tres de la madrugada… El despertador sonará a las siete. Te levantas al baño. Qué lejos quedaron las torrijas y los pestiños. ¿Será este un nuevo tipo de Jet Lag? Cuando por fin consigues pegar ojo, suena la alarma. Es hora de ir al trabajo. La vida es cruel y despiadada y te convierte en un zombi que camina a la oficina. Allí esperarán dormidos otros zombis que también regresaron.

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