El duque de Alba fue el encargado de dar el pregón de su tierra, Palencia, donde sintió una intensa mezcla de emociones. Por un lado estaba muy feliz por ser el elegido para dar el discurso en un día en el que se homenajeaba a todos los palentinos que, como él, viven fuera de su provincia. Pero al mismo tiempo sentía tristeza porque su mujer no pudo acompañarle en un día tan especial para él.  "Cuando decidí aceptar ser el pregonero le pedí a San Antolín que no hubiera ningún percance en mi vida que pudiera impedirlo, que la salud de Cayetana me permitiera estar aquí con vosotros porque los últimos meses han estado un poco complicados", expresó visiblemente emocionado. De esta manera quiso que de algún modo la duquesa de Alba estuviera presente en un momento tan importante. En todas sus apariciones y siempre que es preguntado por cómo está su esposa Alfonso muestra su cariño por doña Cayetana. En los últimos meses no se ha separado de su lado.

La pareja ha pasado un verano más tranquilo que los anteriores pero los cuidados del duque de Alba hacia su mujer han hecho que doña Cayetana, pese a no haber viajado a su querida Ibiza, haya pasado un verano feliz. A principios del mes de julio la pareja se trasladó a su residencia de San Sebastián. Allí pasaron unos días muy tranquilos en compañía de Cayetano y Eugenia Martínez de Irujo, hijos preferidos de la duquesa. Desde su vivienda donostiarra hicieron una pequeña escapada a Francia para visitar varias tiendas de antigüedades que tanto gustan a ambos. Luego regresaron a Sevilla y hace unos semanas se les pudo ver en la localidad gaditana de Sanlúcar de Barrameda, donde Alfonso tiene una casa. Pero desde entonces, aunque Alfonso sigue con su agenda, doña Cayetana no ha vuelto a salir del palacio de Dueñas.