Si su cometido era insuflar aires nuevos a Dior Homme, después de nueve años al frente de la firma, el diseñador belga Kris Van Assche puede decir que ha cumplido con su objetivo. Su misión no parecía fácil, puesto que debía compaginar sus intereses creativos con la herencia de la casa y, sobre todo, desmarcarse del éxito de su antecesor en el puesto, el modisto franco-italo-tunecino Hedi Slimane. "Mi trayectoria es una mezcla de suerte y de mucho trabajo", ha contado el creador en una entrevista; un profesional que se atrevió a soñar con la moda en Londerzeel, la población de menos de 20.000 habitantes ubicada en Flandes en la que creció. Considera que gran parte de su éxito, que parece aún no creerse, se debe a que supo "muy pronto" a lo que quería dedicar su vida y esto le permitió aunar todos sus esfuerzos para conseguir su objetivo.

"Tuve la ocasión de estudiar en una escuela muy buena, de trabajar mucho y duramente", ha compartido. Esa experiencia le permitió integrarse en 1998 como becario en el equipo de Slimane en Yves Saint Laurent, en la primera etapa en que este modisto estuvo al frente de la división masculina de la firma francesa con la que ahora está revolucionando la moda de mujer y hombre. Entró en Dior Homme de la mano de su maestro cuando fue nombrado director artístico de la firma con la que popularizó sus famosas siluetas de pantalones pitillo que acabaron marcando el estilo de una época.

En 2004, después de seis años junto a Slimane, Van Assche decidió que había llegado el momento de abrir su propia firma, para lo que prefirió abandonar su puesto en Dior. "No estoy continuamente reflexionando sobre mi trayectoria", ha especificado el diseñador, quien regresó en 2007 a la casa fundada por Christian Dior, pero esta vez por la puerta grande, al ser nombrado responsable de la línea. Casi una década después en la casa de moda, ha conseguido ampliar las perspectivas del cliente Dior gracias a renovados diseños de etiqueta y siluetas deportivas. Un trabajo del que se siente orgulloso aunque haya tenido que renunciar a su proyecto personal. "La vida continúa" ha reconocido Van Assche, como prueba de su compromiso con no dejar que la nostalgia lastre su futuro.

No piensa en el futuro y prefiere vivir el hoy. "Ahora -a sus 39 años- me concentro en Dior", ha explicado. Después de haber presentado en París su colección primavera-verano 2016 para la firma de LVMH, asegura que ya tenía "una pequeña idea en su cabeza sobre la próxima temporada".

Su proceso creativo pasa por "una búsqueda de imágenes e influencias" con la que encontrar una inspiración que se combine con "tejidos y nuevas técnicas de fabricación". Una forma de hacer moda muy presente en su último desfile, en el que ofreció a la clientela modelos de elegancia desenfadada que oscilan entre el estampado de camuflaje, los chalecos de rombos y las cazadoras bomber con bordados de flores.