Nunca un teléfono móvil como el Apple iPhone 4, objeto de deseo para muchos entusiastas de la tecnología, había provocado un cruce de declaraciones y una guerra a nivel político tan fuerte como el que ha tenido lugar en el Ayuntamiento de Alhama de Almería.

Su actual alcalde, el popular Cristóbal Rodríguez ha denunciado la desaparición de "teléfonos móviles de alta gama correspondientes al anterior equipo de gobierno, entre los que destacan un Apple iPhone 4 del que hacía uso el anterior alcalde", el socialista Francisco Guil.

Ante estos hechos, Rodríguez ha anunciado que se va a abrir una investigación para conocer lo ocurrido y que lo trasladará a la Guardia Civil.

El denunciado, el ex regidor socialista, ha afirmado a Diario de Almería que Rodríguez "ha iniciado una persecución hacia mi persona" y explica que el teléfono forma parte de una portabilidad con su nombre a título personal que llevó a cabo días antes de las elecciones para mantener el número de teléfono "que tenían más de mil personas del mundo de la política, la cultura y de la sociedad almeriense".

En esta línea, señala que el sábado cuando se hace la entrega de la vara de mando "le comenté que me iba a quedar con el número de teléfono y el lunes lo llamé nuevamente para recordárselo y me dijo que no había ningún problema si yo me hacía cargo del coste del terminal y de la penalización por sacar el número de la empresa".

Relata además que días después, durante una sesión plenaria, "me recriminaron que me había quedado con un teléfono muy caro. Hablé con el secretario y me dijo que si la portabilidad la había hecho a mi nombre y yo corría con los gastos no pasaba nada".

Pero los hechos no quedaron ahí, según Guil, porque según explica "me cortaron el fin de semana las llamadas y el lunes la Policía Local aparece en casa de mis padres con la factura buscando el teléfono".

La situación a llegado a tal punto de tensión que ahora Guil le ha exigido al actual alcalde un escrito en el que le solicite el susodicho terminal iPhone "y será en ese momento cuando le presente todos los papeles de la portabilidad".

Guil dice sentirse "muy jodido" porque "he perdido muchos contactos y encima han dado de baja el número y no voy a poder recuperarlo. Lo han hecho deliberadamente para fastidiarme. No he vivido la época de la dictadura, pero me da la sensación de que si pudiesen me crucificaban en la plaza del pueblo", esgrime.

Además, las acusaciones no se quedan sólo en el teléfono móvil, sino que van más allá ya que Cristóbal Rodríguez ha afirmado sentirse "sorprendido", al solicitar en el Ayuntamiento documentos de los diferentes proyectos, y constatar que "han desaparecido expedientes municipales de obras del anterior equipo de gobierno que aún no están pagadas ni certificadas". Se trata de documentación de trabajos como el Centro de Interpretación de Aguas Termales, Mejora de caminos rurales, o el Acondicionamiento del Parque Carmen de Burgos; así como la desaparición también de un portátil que utilizaba también Guil.

A lo primero el ex regidor afirma que es "falso" y que "eso es responsabilidad del secretario del Ayuntamiento que es el que custodia esos documentos" y sobre el portátil, "que se estropeó hace unos meses y lo tiré a la basura pero le dejé otro en la mesa de su despacho".