Almería

Delirio con la Virgen de la Cabeza

  • Miles de devotos y turistas procesionaron ayer domingo por la Sierra de los Filabres para rendir tributo a la imagen de Monteagud · La romería congregó a familias enteras en una intensa jornada festiva

A Monteagud se peregrina por devoción a la Virgen de la Cabeza o no se sube. Los pies descalzos se vuelven insensibles al dolor tras más de cinco kilómetros de caminata bajo el sol, sobre piedra, gravilla y arena. Las piernas pesan un poco más a medida que la ascensión se encarama alrededor del cerro. Las escaleras de acceso al santuario son el último obstáculo para verse ante Ella.

Desde la distancia, desde muy lejos, es visible el penacho de humo negro del pebetero en el que los fieles arrojan las velas. Centenares, miles de velas, mantienen vivo el fuego de la devoción a la Virgen de la Cabeza justo al lado de su Camarín. Centenares, miles de peregrinos caminan en solitario a solas con su fe o en grupos de animada charla. Una parada, un saludo, un interés por la familia y de nuevo paso a paso por la trocha camino de la cima.

La Sierra de los Filabres se abre paso entre los campos de Uleila, Lucainena, Tahal, Tabernas. La cumbre de Monteagud es observatorio privilegiado de las sierras de Gádor, Alhamilla, y la Tetica de Bacares al fondo. Dice el cura Francisco Martínez Botella en su libro 'La historia de una devoción cuatro veces centenaria', que "el cerro de Montahur es un lugar excepcional de contacto con la Divinidad, algo que sin duda fue percibido ya en las más remotas épocas por todos cuantos han tenido el privilegio de habitar durante miles de años en su entorno". No le falta razón al cura Paco que ya no lo es de Turre, Los Gallardos y Bédar, sino que lo han puesto de párroco de Sorbas, no por nada especial, sino por hacer la puñeta a los paisanos.

A las diez de la mañana de ayer domingo comenzaba la misa previa a la procesión; luego, al término del recorrido en derredor de la ermita, se daba otra misa, la de doce. En la tienda de la Hermandad, Manuel Ruiz Martínez y su novia Vanesa Cid Carrique, entre otros Hermanos y como todos los años desde no recuerdan cuándo, atienden al público deseoso de llevarse un recuerdo con la efigie de la Virgen de la Cabeza. Manuel Jesús Cid es el Hermano Mayor de la Cofradía Nuestra Señora de la Cabeza de Monteagud, por sus ojos pasan las horas de trabajo junto al cura Paco, los esfuerzos para mantener en estos tiempos la tradición, "cada año sube más gente y tratamos de organizarlo lo mejor posible". La plaza que forman los cuartos de los pueblos está repleta de fieles, de devotos de la Virgen de la Cabeza de Monteagud llegados de todos los puntos de la provincia de Almería y de muchas otras del resto de España que no se perderían la ocasión por nada del mundo.

'Incansables Bike', o bien dicho, diecisiete ciclistas de los cuarenta que integran el club ciclista de San Isidro de Níjar, han subido al cerro a golpe de pedal en sus 'burras' en un recorrido de setenta kilómetros, más otros tantos de vuelta. En total ciento cuarenta kilómetros, que traducido en pedaladas pues la verdad es que ni se sabe pero han de ser miles y miles, con el objetivo de ver a su Virgen de la Cabeza. A través de la megafonía el cura Paco se hace oír: "este año, como novedad, se ha dicho misa el viernes a las ocho de la tarde porque, a diferencia de otros años en que la mayoría de los peregrinos venían en la madrugada del sábado al domingo, a esas horas ya no viene nadie, muy poca gente, y, sin embargo, sí vienen ya el viernes. En adelante, si Dios quiere, habrá misa a las ocho de la tarde y a las diez de la noche del viernes, y el sábado por la mañana a las doce del mediodía". Una vez dejada constancia del nuevo horario de misas en la Romería de la Virgen de la Cabeza de Monteagud, el cura Paco termina la misa y da el orden de la procesión.

El recorrido discurre por el camino perimetral que rodea el santuario, y la inicia la Cofradía de Nuestra Señora de la Cabeza, de Benizalón. El camino está divido en catorce tramos de veintiún metros, así que a cada uno de los catorce pueblos que rodean el santuario le corresponde llevar a la Virgen. De este modo, los representantes del pueblo de Sorbas relevan a los de Benizalón, los de Lubrín a los de Sorbas, y así seguido de Albanchez, Cóbdar, Líjar, Chercos, Alcudia de Monteagud, Benitagla, Tahal, Benitorafe, Senés, Lucainena de las Torres y Uleila del Campo que la entregan de nuevo a Benizalón para depositarla en su camarín.

Las familias Carmona Alonso, del Zapillo, y Fuentes Rodríguez, de Córdoba, se guardan del sol que a esas horas campa por sus respetos. Reina en ambas familias la alegría y, además, vienen a pedir a la Virgen por un enfermo; todos, familia y amigos, han venido a solicitarle a la Señora que haga todo lo que pueda por este buen amigo casado en Almería.

Violín, pandero, y otros instrumentos en manos de excelentes músicos llegados de Sorbas, Tahal, Lorca, Tabernas, forman la 'Cuadrilla de Ánimas' de Sorbas para recuperar las cuadrillas y tradiciones de la comarca. A ellos se une el cura Paco, virtuoso y entendido como pocos de estas y otras historias. Un poco más arriba los Gallardo Máñez, familia llegada desde Garrucha aunque nacidos en Sorbas, que junto con amigos procedentes de Cabo de Gata aguardan en la cola para tocar a la Virgen de la Cabeza. En la misma fila se acaban de conocer familias de El Ejido, de Almería, de Campohermoso, todas ellas con la devoción a la Virgen en común y las carantoñas a la pequeña Estefanía. De un grupo a otro, ocupándose de cualquier eventualidad, Emilio Cid, alcalde de Benizalón, es un romero más en una de las romerías marianas que traspasan las fronteras almerienses para expandirse sin límites.

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